lunes, 2 de abril de 2012

De vuelta a casa (II)

Me miré en el espejo Al regresar a mi casa Y además de mala traza me vi feo y muy viejo. Era pasable lo de viejo, Mas lo feo, sin remedio, Ni por un real y medio Me aceptaban de cortejo. Como chino trabajaba Por lograr una corteja Patuleca, incluso vieja Y con trazas de paraba. Una accedió sonriente A mi ansioso galanteo, Mas lo primero que veo Fue que no tenía dientes. Y era vieja, más que abuela E intentaba convencerme Diciéndome ¡venga a verme Que aún me queda una muela!... -Si al menos fuese rica, ¡pero no, era bien pobre, en su bolsa… ni un cobre, decidí quedar marica! Pretendí echar raíces Al lado de una hembra Que fertilice mi siembra Y haga a ambos felices. Mas de las grandes verdades Está la del que tarde Siente que el bicho le arde Solo da con tempestades. Yo creí haber caído Como en el ojo, pedrada, A una que por hornadas Había sumado maridos. Pero la hembra en cuestión Me mostró recia su espalda Y haciendo valer sus faldas Me mató de un pescozón. (Sigue)

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