martes, 24 de abril de 2012

El pavo real y el zorro

Por F. J. Balmaced


Cercano ya al amanecer del día,

a un pavo real un zorro le decía;

–“El dormir de la casa en la techumbre

es muy mala costumbre.

Si al más leve descuido

desciendes de tan alto

(el pensarlo me causa sobresalto),

quedarás en tortilla convertido.

Lástima que por falta de cordura

perezca tu persona,

y se pierda esa rica vestidura,

en que brillan matices y cambiantes

de esmeraldas, rubíes y diamantes.

Bájate sin recelo,

charlaremos un rato acá en el suelo”.

–“Señor zorro: agradezco su advertencia

y al amanecer allá voy”, contestó el pavo, y para sí decía: “Tan cándido no soy”.

Mientras así pensaba, poco a poco bajaba;

y era que tras un árbol descubría

al dueño de la quinta con su rifle,

que al zorro le apuntaba, y su atención, bajando distraía.

¡Pum!. . . el tiro salió, mató al malvado

y el que quiso engañar fue el engañado.

Con más de un zorro humano, zorro viejo, has de dar en la vida, y por lo mismo,

conserva en la memoria este aforismo:

“según el consejero es el consejo”.

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