martes, 10 de abril de 2012

Sal de mis lágrimas

De Yolanda Bedregal

Tanto por ti he llorado

tanto, tanto,

que te has identificado

con la sal de mis lágrimas.

Ya no puedo llorar de cosa alguna

sin que tu vengas a mis ojos.

Si de ternura o duda

y hasta si lloro de alegría

o sin motivo,

en la sal de mis lágrimas,

tú siempre estás presente.

En la hebra de hilo,

en la página abierta,

sobre la almohada huérfana,

a veces caen mis lágrimas,

–¡te juro, sin motivo!–

Y siento como si tu pelo

rozara mis pestañas.

Yo quiero estar a solas

con el amor de hoy día.

¡Y tú presente siempre!

¡Libérame por Dios!

Sal de la Sal de mis lágrimas.

Ya nunca pienso en ti.

Ya no te quiero.

Sal de la sal de mis lágrimas.

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