miércoles, 4 de julio de 2012

De los vecinos



El tema de que hoy se trata
ya no es el mismo de antes
en que el yesca y el boyante
o sea el pobre o el con plata

Rayaban a igual altura
en siendo de misma tanda,
aunque uno en cama blanda
y el otro en cama dura

Pasaran en noches largas
sus vidurrias hogareñas,
toditos con buenas señas
aunque dulces o amargas.
a partir desde la Plaza
El concepto vecindad
implicaba, de verdad,
igualdad hasta de traza.

Fue un vecino reprobado
el que después de la siesta
dijo “es mucho lo que cuesta
ser cual todos, ¡ochavado!...”

De todo, señores, de todo,
había en el vecindario,
desde pobre a millonario
y las calles puro lodo
De una a la otra esquina,
para dar sólo un ejemplo,
se iba al mismo templo
y hasta a comer gelatina.

El título de compadre,
era casi obligatorio,
como no perder velorios
o tener perro que ladre.

O un loro en una estaca
o tener en un cuartucho,
-en los labios siempre un pucho-
una tía vieja y flaca.

A la cual, nunca jamás
le faltó un dolorcillo.
ni unos viejos calzoncillos
y muy frío el guaraná. (sigue)

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