martes, 2 de octubre de 2012

Domingo dibujado desde una ventana


por Horacio Rega Molina
Guarda el domingo la infantilería

Que ofrece un espectáculo barato,

Como el que mira, porque sí, un retrato

En el zaguán de una fotografía.

Hay un jarrón pintado a tres colores

En la tómbola inmóvil del espejo.

El sol prolonga un último reflejo

Como esa luz que dan los reflectores.

Desde un baldío suenan cuatro notas,

Y la niñez, de pronto, resucita

En los caballos de una calesita

Con las orejas y las colas rotas.

La humillación de un almacén cerrado

Es lo más triste que el domingo ofrece.

En una curva, lejos, aparece

La danza de un tranvía iluminado.

Y por la calle oscurecida, siento

Que el domingo se va, como en sordina,

Con el mismo aire con que se camina

Por el vagón de un tren en movimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario