lunes, 31 de diciembre de 2012

Viejo y gordo

Soy un niño callejero,
del barrio, el más pequeño,
parezco un perro sin dueño
y de mi vida, hablar quiero.

Hablar quiero, pero dudo,
No porque falle mi lengua
Ni por sufrir de una mengua
Ni por llevar en la boca nudo.

Lo que me pasa es sencillo:
Yo vine al mundo de Dios
Por poco privado de voz
A causa de un bruto frenillo.

De todas maneras mascullo
Y si mi lengua se empeña
Y me ayudo con las señas,
Hasta es perfecto mi arrullo.

Más que bien me hago entender
Y si estoy de buena racha
Si es que arrastro mejor facha
Hasta en chino puede ser.

Mas padezco algo raro tal vez
Que me avergüenza… y mucho
Contra lo cual tanto lucho
Parado firme en mis dos pies.

Tengo un largo ir y venir
Por del pueblo, sus caminos,
Algo así cual peregrino
Del que se quieren reír,

Tanto propios como extraños,
Igual hembras como machos,
Iguale los sobrios o borrachos,
Y rangosos que tacaños.

Soy desdichado, en suma
Y me miro a diario al espejo,
Me río del pobre viejo
Y el buen humor se me esfuma.

Me quejo, todos los
días me quejo,
por ser inservible y feo
y porque en los ojos
de otros veo
solo la burla para este viejo.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Regalo del niño (II)

Las 100 mejores poesías de Gustavo Adolfo Baca



Esperaba yo, del Niño Dios,
Mi regalo navideño
Y hasta me sentía dueño
No de uno, tal vez dos.

De un camioncito con cuerda
Eran mis ansias en pos
Y lo pedía de viva voz
con palabras asaz lerdas.

Me sentía un niño malo
Y por esa causa precisa,
Yo pedía con gran prisa,
Camioncito sí… pero de palo.

Porque hubiera sido raro
Que siendo muchacho malo
En vez del feo de palo
Saltara pidiendo el caro.

Con mi letra ochavada
Demoré completo un día,
Con faltas de ortografía,
En dar mi carta acabada.

Mil perdones yo pedía
Por la ya mentada carta
Que contenía una sarta
De faltas de ortografía.

- ¿Cuál será la dirección?,
me pregunté ante todo.
Llegando a morderme el codo
Al no haber contestación,

¿Del Niño Dios en el Cielo?...
A guisa de ser muy franco
Dejé el espacio en blanco
Diciendo “así no le pelo”.

La carta fue corta y sencilla
Más que ésta nunca hubo,
Y llegó como por un tubo
Al del Niño Dios, manecillas.

De esta historia, lo que importa
Ya está ampliamente contado,
Lo omitido u olvidado
Es sólo chima, no torta.

Brindis de Navidad

Por Magali Sauceda. México.

Hoy es Navidad, momentos para reflexionar

llegan recuerdos de mi infancia tiempo atrás

en donde todos mis hermanos juntos con mis papas

tíos, primos, familia y algunos amigos más

nos solíamos reunir para al niñito arrullar

uniendo nuestras voces para así cantar,

a la rorro niño a la rorro ya.

Que hermoso día que esperábamos llegar

para compartir la alegría de recibir y también dar,

el más bonito recuerdo que mi corazón ha de guardar

es cuando llegaba el niñito que a mi alma venía a entrar

para iluminar mi camino y darme felicidad.

Muchos regalos, envueltos en papel especial

el árbol navideño, las esferas y mucho más

era todo tan bonito para poder festejar

pero lo realmente hermoso era ver a Jesús entrar.

Compartir con Él, la cena, el vino y el pan

porque ese es el espíritu de la verdadera Navidad

no olvidar al festejado, que en mi alma he de llevar

para toda mi vida y a mis hijos enseñar, el verdadero

significado de lo que es la Navidad.

Nuestra salvación a toda la humanidad, con una estrella

que nos había de alumbrar,

el camino a la gloria, la paz y felicidad,

decirle a Cristo te amo, y no te he de olvidar

lo digo de corazón, eso es la Navidad.

Brindemos todo por Cristo, de una manera especial,

el no quiere sacrificios, ni quiere nada material,

el quiere amor para sus hijos y también quiere la paz

alcemos pues nuestras copas, y digamos ¡Feliz Navidad!

lunes, 17 de diciembre de 2012

¡Ven, dolor!

De: Alfonsina Storni



¡Golpéame, dolor! Tu ala de cuervo

bate sobre mi frente y la azucena

de mi alma estremece, que más buena

me sentiré bajo tu golpe acerbo.



Derrámate en mi ser, ponte en mi verbo,

dilúyete en el cauce de mi vena

y arrástrame impasible a la condena

de atarme a tu cadalso como un siervo.



No tengas compasión. ¡Clava tu dardo!

De la sangre que brote yo haré un bardo

que cantará a tu dardo una elegía.



Mi alma será el cantor y tu aletazo

será el germen caído en el regazo

de la tierra en que brota mi poesía.

domingo, 16 de diciembre de 2012

¡Adiós!

De: Alfonsina Storni



Las cosas que mueren jamás resucitan,

las cosas que mueren no tornan jamás,

se quiebran los vasos y el vidrio que queda

¡es polvo por siempre y por siempre será!



Cuando los capullos caen de la rama

dos veces seguidas no florecerán...

Las flores tronchadas por el viento impío

¡se agotan por siempre, por siempre jamás!



Los días que fueron, los días perdidos,

los días inertes ya no volverán.

¡Qué tristes las horas que se desgranaron

bajo el aletazo de la soledad!



¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,

las sombras creadas por nuestra maldad!

¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que así se nos van!



¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...

—de llagas infectas—¡cúbrete de mal!

¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,

corazón maldito que inquietas mi afán!



¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!

¡Adiós mi alegría llena de bondad!

¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que no vuelven más! ...

martes, 11 de diciembre de 2012

El intruso

Delmira Agustini

Amor, la noche estaba trágica y sollozante

cuando tu llave de oro cantó en mi carradura;

luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,

tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;

bebieron en mi copa tus labios de frescura,

y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;

me encantó tu descaro, y adoré tu locura.

Y hoy río si tu ríes, y canto si tu cantas;

y si tu duermes, duermo como un perro a tus plantas.

Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera.

y tiemblo si tu mano toca la cerradura,

y bendigo la noche sollozante y oscura

que floreció en mi vida tu boca tempra-nera.

DOLOR

De: José María Hinojosa



Cuerda de guitarra

que se rompe

al templarla.



La punta de la flecha

fue untada

de tristeza.



Gira la estrella

en el vacío,

y deja deslumbrada

la caverna.



Silencio de silencio.



Ni abriendo nuevos cauces

al momento,

quita sus letanías

del desierto desierto.



El sentimiento

se vuelve más espeso.

Mocita hechizadora

Dedicado a Marlene B. de Zamora.


Inquieta y juguetona

Picaresca y mal hablada

carita risueña

de mirada embrujadora,

¡Chura la Moza!

de sonrisa lisonjera

y divertida inspiracion

la chapaquita

cinturita i tamal

con albahacas perfumada

hace gala airosa

de coplas jloridas

con acento musical,

brotando naturales

con el dulce encanto

de su voz primaveral.

¡Ayjuna!

La mocita Hechizadora

con bandeja llena

grita ¡Aro! ¡Aro!

acercándose presurosa

convita ligerito

el contenido de los vasos,

y cimbreándose cadenciosa

al son del Erke y la Caja

con gracia y fantasía

comienza la redondilla,

cautivando corazones

regala jrescas ilusiones,

entre cuecas y tonadas

de la fiesta es dueña

la Mocita Hechizadora.

Elba Benitez de Andrade.

CONFEDERACIÓN PERÚ - BOLIVIANA de POETAS ESCRITORES

lunes, 10 de diciembre de 2012

CALMA

De: José María Hinojosa



¿Dónde se acaba el mar?

¿Dónde comienza el cielo?

Los barcos van flotando.

o remontan el vuelo?



Se perdió el horizonte,

en el juego mimético

del cielo y de las aguas.



Se fundió el movimiento,

en un solo color

azul, el azul quieto.



Se funden los colores;

se apaga el movimiento.



Un solo color queda;

no existe barlovento.



¿Dónde se acaba el mar?

¿Dónde comienza el cielo?

jueves, 6 de diciembre de 2012

La vieja casona

Tan vieja como el Sur era
Aquella casona del centro
En que se daban encuentros
De bultos y calaveras

Y en que metía sus patas,
Junto con su larga cola,
Casi nunca una vez sola
Y siempre por poca plata.

El Diablo, señor, en persona,
Que de tan flaco que estaba
Marchaba chispeando sus tabas,
Y dejando su olor a chalona.

El Diablo aquel de pie y cabeza
Se alborotaba con los surazos
Y se bebía como cien vasos
De culipi tibio o fría cerveza.

Igual lo sólido le caía
A ese Diablo desmañado
Lo sólido bien sazonado
Que con hambruna engullía.

Merodeaba los rincones
De la mentada casona
Haciendo gala en persona
De cazador de ratones

Que luego, según se decía,
Él mismo al buche mandaba
Y que jamás cocinaba
Ni de noche, peor de día.

Lo de comer le era ingrato
Al singular personaje,
Sobre todo en esos gajes
De lidiar con otros gatos.

En la casona mentada
Había que tapar los oídos
Para no sentir ruidos
De almas descontroladas.

Ardían a veces los fuegos,
Del infierno, ¡si señores!
Que santos y pecadores
No paraban con sus ruegos.
(Sigue)

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mi estrella

Ramoncito Ortega

Nunca pensé que la noche era más bella

siempre imaginé que el día era más hermoso

porque yo veía que el sol brillaba esplendoroso,

pero en una noche descubrí una bella Estrella.

Una Estrella que de repente entró en mi corazón

y ahora se convirtió en la luz de mi razón

Pues doy gracias a Dios por darme estos ojos,

que hoy te ven brillar desde lo más lejos.

Quisiera que el cielo me permita volar al lado

de mi Estrella como nunca había imaginado

Ver su luz divina, es sentir que el sol se acerca a la luna y que en las noches me hace compañía sin duda alguna.

El cielo te espera y el mar te está mirando,

mientras las horas pasan yo te voy pintando

en un cuadro que se vuelve un misterio de Amor,

que a ti te atrapa en la inmensidad de mi clamor.

En las noches como hoy solo le pido a Dios,

que tú, mi Estrella querida nunca me digas adiós

Y que sigas brillando desde lo más recóndito

del cielo, llenándome de un cariño infinito.

Cada vez que la noche llega yo lo bendigo,

porque tú estrella mía, eres mi luz y mi abrigo,

Tú eres mi despertar y mi humilde cantar

y eres mi bella estrella, que Dios me pudo dar.

domingo, 2 de diciembre de 2012

ANTES DEL COMIENZO


De: Octavio Paz



Ruidos confusos, claridad incierta

Otro día comienza.

Es un cuarto en penumbra

y dos cuerpos tendidos.

En mi frente me pierdo

por un llano sin nadie.

Ya las horas afilan sus navajas.

Pero a mi lado tú respiras;

entrañable y remota

fluyes y no te mueves.

Inaccesible si te pienso,

con los ojos te palpo,

te miro con las manos.

Los sueños nos separan

y la sangre nos junta:

somos un río de latidos.

Bajo tus párpados madura

la semilla del sol.



El mundo

no es real todavía,

el tiempo duda.

Sólo es cierto

el calor de tu piel.

En tu respiración escucho

la marea del ser,

la sílaba olvidada del comienzo.

sábado, 1 de diciembre de 2012

AGUA NOCTURNA

De: Octavio Paz



La noche de ojos de caballo que tiemblan en la noche,

la noche de ojos de agua en el campo dormido,

está en tus ojos de caballo que tiembla,

está en tus ojos de agua secreta.



Ojos de agua de sombra,

ojos de agua de pozo,

ojos de agua de sueño.



El silencio y la soledad,

como dos pequeños animales a quienes guía la luna,

beben en esos ojos,

beben en esas aguas.



Si abres los ojos,

se abre la noche de puertas de musgo,

se abre el reino secreto del agua

que mana del centro de la noche.



Y si los cierras,

un río, una corriente dulce y silenciosa,

te inunda por dentro, avanza, te hace oscura:

la noche moja riberas en tu alma.