domingo, 30 de junio de 2013

32

Tenía esa blancura que tiene la magnoliabajo el verdor lustroso y en sombra de su árbol;el brazo era más blanco que el rostro, el pecho másque el brazo, el muslo más que el pecho...un blanco vago, adolescente, crudo, mate,que daba al almala nostalgia incurable del amor dulce y casto,el pobre amor que cae, sangriento y sollozante,¡bajo el ímpetu torvo y ardiente de los años!¡armonía cerrada, beso limpio, secretorespetado! ¡pasión que quedaba en los brazos,que se hacía ideal, que moría de penajunto a la tibia fuente de los ojos con llanto!

Juan Ramón Jiménez

La pone inyecciones

¿Cuál, señor, la causa era
para que nunca llegara,
por mucho de que se estirara,
al rango legal de enfermera?

¿Qué requisito urticante
aquella buena omitía
que nadie la conocía
siquiera de practicante?

De todas las direcciones
sus servicios requerían
y con prisas acudían
donde la Poneinyecciones.

En el barrio, la recuerdo,
muy pálida y menudita,
tan puntual en sus citas
no obstante su andar lerdo.

Mas si tener la etiqueta
formal de las enfermeras,
se daba miles maneras
para endosar sus recetas,

Afirmando de pasada
que el diplomado galeno
ni pizca era de bueno,
de curar no sabía nada.

En casita sin horcones,
que era también pulpería
en que de todo había,
vivía la Poneinyecciones.


“Este remedio es muy fuerte,
-era a veces su fallo-,
les juro que hasta a un caballo
puede causarle la muerte.”

Después, con gran inventiva
la medicina vetaba
y en su lugar recetaba
una buena lavativa.

Un día se hizo chinga
aquella Poneinyecciones…
¡ni huella de sus talones,
se perdió hasta su jeringa!

Gustavo Adolfo Baca

sábado, 29 de junio de 2013

30

La blanca cargazón de tu frente difusasobre el fantasma enorme de tus ojos de sombraera de un esplendor divino, inextinguibleamasado con luna, con luces y con rosas.En mi alma extasiada flotará eternamenteaquella simpatía sensual de tu boca,boca grande, fragante y fresca, que al reír¡era como un jardín de carne melodiosa!No sé si tornarás; jamás un nuevo amorte borrará del fondo triste de mi memoriaeres como el fantasma de aquella adolescenciapor donde vaga, como por no sé qué avenida.

Juan Ramón Jiménez

viernes, 28 de junio de 2013

31

Ya no brillaban más que los fríos espejos,y aún, como un agua suave, palpitaba la música;y la ilusión, abierta cual una rosa triste,se iba, por la ventana, a la quietud nocturna…apenas nos veíamos; los rostros y las manos,con blancor de magnolias, lustraban la confusaelegancia de terciopelos y de sombrasque, en oleaje negro, colmaron la penumbra…mi mano aprisionó tu mano. Lo que entoncessentimos no podremos resucitarlo nunca…tú soñabas conmigo los sueños de mi vida

yo soñaba contigo los sueños de la tuya…

Juan Ramón Jiménez

jueves, 27 de junio de 2013

29

Te alejas por mis vagas avenidas de ensueño,volviendo la cabeza, como una rama locay tus hojas inmensas, grandes como tu almase clavan duramente en mi alma de sombra…rosas tristes que caen de tus manos de nievevienen hasta mí en un viento de congojay la esencia que esparcen, huele al recuerdo triste de losrosales, deshojados de tu boca…me miras desde lejos, desde lejos te miro,y no sé qué me impide llegar hasta tu gloria,y no me atrevo a ir en busca de tu llanto

para que se pierda tu indecisa memoria…

Juan Ramón Jiménez

miércoles, 26 de junio de 2013

REMORDIMIENTO

Tiene este libro un olor que me recuerdael olor que tenía mi madre. Un sosegadoaroma de recato, sin explosión, esenciaíntima de un placer vivo y velado…Cuando pasaba ella, lo dejaba tras sícomo una vaga estela de dolor resignado…¡Domingos de mi vida! ¡Cielo azul de aquel puebloque pudo ser la dicha y sólo fue el cansancio!¡por mi nostalgia yerma, olor, como mi olorde lágrima secreta y contenida..! bálsamoque al tiempo mismo es recuerdo y pesadumbre;yo pude haberlo hecho y no lo hice…¡el llantono sirve para nada, cuando el remordimientono tiene cura, cuandohay una cosa negra, que pudo ser de oro,que no se borra, que es, como este olor, amargo!

Juan Ramón Jiménez

Poema del fin

Como la piedra afila el cuchillo,

Como se desliza el serrín al barrer,

Así, aterciopelada, la piel

Húmeda súbitamente en los dedos.



Oh dobles -coraje, sequedad-

De los hombres, ¿dónde estáis,

Si en mis palmas hallo lágrimas

Y no lluvia?



El agua es de la fortuna,

¿Qué más podría desear?

Si tus ojos son diamantes

Que se vierten en mis palmas,



Ya no pierdo

Nada. Fin del fin.

Caricias, caricias

-Acaricio tus mejillas.



Somos así, orgullosas

Y polacas -Marina-,

Cuando en mis manos llueven

Ojos de águila:



¿Lloras? Mi amor,

Mi todo: perdóname.

Trozos de sal

Caen en mis palmas.



Llanto de hombre, veta

Que en la cabeza retiembla.

Llora. Otra te devolverá

La vergüenza que te hice dejar.



Somos dos peces

Del mis-mí-si-mo mar.

Dos conchas muertas

Labio contra labio.



Todo lágrimas.

Sabor

A armuelle.

-¿Y mañana

Cuando

Despierte?


Marina Ivánovna Tsvetáyeva

martes, 25 de junio de 2013

23

Soy feliz, y estoy triste de serlo. Yo quisieraque la felicidad no fuese de esta vida;¡que mi tranquila primavera florecieracuando ya la de todos estuviese florida!Ya en la opulencia alegre de todos los festinespasar ante los grandes y abiertos ventanalescon una flor de nieve cogida en los jardinesde las inmaculadas tristezas inmortales.ir el último siempre por la senda apaciblecon la palabra buena en la boca indolente.Sonreír en esos ojos de mirada indecible

que en el reparto miran al último mansamente.

Juan Ramón Jiménez

Magdalena

Sobre tus caminos no voy a interrogar

Querida, todo se realizó

Yo iba descalzo y tú me arropaste

Con aguaceros de tus lágrimas y de tu cabellera.

No pregunto a qué precio

Se compraron tus esencias

Yo estaba desnudo y tú una ola

Con cuerpo y pared me ceñiste.



Tocaré con mis dedos tu desnudez

Más silencioso que el agua

Y más bajo que la hierba.

Yo era recto

Y tú me inclinaste apretado a tu cariño

Cávame un foso en tus cabellos

Cúbreme sin lino, apaciguadora,

Para qué quiero el mundo (4)

Si tú como una ola me lavaste.

31 agosto 1923

Notas.

1. Recuerda y se podría traducir este apellido como La flor.

2. Otro inicio: Seré feliz si Usted no siente mi dolor,

3. Poema dividido en tres partes, ésta es la última.

4. Este verso es de la versión popular oral (que me gusta más) en la original es: Para qué quiero mirra.

Estas nuevas traducciones de poemas de una de las mayores poetas de la lírica rusa, se deben al poeta mexicano Víctor Toledo y fueron tomadas de la revista virtual La Otra. Número 75, junio de 2013.

Marina Ivánovna Tsvetáyeva

Yo soy un hombre sincero...

José Martí

Yo soy un hombre sincero

De donde crece la palma,

Y antes de morirme quiero

Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,

Y hacia todas partes voy:

Arte soy entre las artes,

En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños

De las yerbas y las flores,

Y de mortales engaños,

Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura

Llover sobre mi cabeza

Los rayos de lumbre pura

De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros

De las mujeres hermosas:

Y salir de los escombros,

Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre

Con el puñal al costado,

Sin decir jamás el nombre

De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,

Dos veces vi el alma, dos:

Cuando murió el pobre viejo (*),

Cuando ella me dijo adiós (**).

Temblé una vez —en la reja,

A la entrada de la viña,—

Cuando la bárbara abeja

Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte

Que gocé cual nunca:—cuando

La sentencia de mi muerte

Leyó el alcalde llorando.

Oigo un suspiro, a través

De las tierras y la mar,

Y no es un suspiro,—es

Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero

Tome la joya mejor,

Tomo a un amigo sincero

Y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida

Volar al azul sereno,

Y morir en su guarida

La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo

Cede, lívido, al descanso,

Sobre el silencio profundo

Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada,

De horror y júbilo yerta,

Sobre la estrella apagada

Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo

La pena que me lo hiere:

El hijo de un pueblo esclavo

Vive por él, calla y muere.

Todo es hermoso y constante,

Todo es música y razón,

Y todo, como el diamante,

Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra

Con gran lujo y con gran llanto.

Y que no hay fruta en la tierra

Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito

La pompa del rimador:

Cuelgo de un árbol marchito

Mi muceta de doctor.

(*) El padre de Martí quien murió el

9 de marzo de 1887, en Cuba.

(**) Se refiere a la despedida de

María Cristina Granados, “La niña

de Guatemala”.

Tomado de “Versos Sencillos”, 1891.

De Julia a Bolívar

Julia de Burgos

A Simón Bolívar

Cuatro estrellas que se encienden en estrellas libertarias

ensartadas como perlas milenarias

en tu América se ven.

Boyacá con Carabobo - Carabobo con Junín-

y Junín con Ayacucho - resonancias de tu ser.

Son las cuatro marejadas

donde abrió en rosas de gloria el estruendo de tu espada

junto al gesto de tus bravos

paladines del deber.

Cada pétalo de rosa dio una patria libertada

-sangre joven de la América-

-fruto ardiente de tu brazo y de tu fe.

¡Vive América, Bolívar!

Vive América en el pulso de tu ejército inmortal.

El camino señalado por tu espada

se enrojece con la sangre de los mártires y héroes

que engendraste en las entrañas de los tiempos

para izar el pabellón de tu ideal.

Vive América, Bolívar,

y también vive tu espada

mientras haya un solo esclavo que te ultraje

o un tirano que pretenda profanar la libertad.

Vilma Soto Bermúdez es Secretaría de Asuntos Internacionales del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.

lunes, 24 de junio de 2013

PIRINEOS

Al entrar en España, va cayendo la tarde…en los picos, el sol se eleva eternamente—el mundo se abre—. Y los techos de pizarrase quedan en el foro de los pueblos franceses.La torre de Sallent repica allá en el fondo—es domingo—. La brisa juega en las peñas verdes.El ocaso es más puro cada vez. Huele el surmás. Es más claro el ondear de las mieses.Por los prados con flor, en una paz de idilio,mugen, echadas, mansas vacas rosas de leche.El habla del zagal nos toca el corazón.La patria va alejando, maternal, a la muerte…Ventura, soledad, silencio. Las esquilasllenan, cual las estrellas el cielo, el campo alegre.Silencio, soledad, ventura. El agua, en todo,canta entre el descendente reír de los cascabeles…

Juan Ramón Jiménez

IMILLA



Franz Ávila del Carpio

Huraña es la imilla
de los ojos negros
arisca en sus modos
graciosa al andar
tiene de la tierra
morenés de carne
morbidés de pechos
que no saben amar.

Sus dientes perlados
se muestran graciosos
cuando algún llokalla
la mira al pasar
y su risa estalla
como latigazo
invitando al mozo
sus cuitas contar.

Sus manos morenas
dos chihuancos presos
baten ya la puiska
hilando el vellón,
mientras que sus ojos
hurgan, si traviesos
los ojos del mozo
que ella encadenó.

Cantó así el llockalla
su huayno de amores
ríe la doncella
la de morena piel
y rasgó el charango
sus notas de ruego
y los dos juntitos
como unas palomas
cantando las coplas
que el deseo reclama
al río bajaron
buscando al querer.

Del libro: “Aire de valle y montaña”
De Franz Ávila del Carpio
Tarija Bolivia. 1950

Gracias a Usted con mi mano sobre el corazón


Gracias a Usted –con mi mano sobre el corazón

Que no sabe lo mucho que me ama:

Por mis noches tranquilas,

Por los encuentros de las crepusculares horas,

Por nuestros no paseos bajo la luna,

Por el sol que no existe encima de nosotros,

Por el dolor que no siente, lamentablemente,

usted por mí,

Por el dolor que no siento, lamentablemente, por Usted.

3 de mayo, 1915

domingo, 23 de junio de 2013

Llueva y truene

Nuestra Santa Cruz fue aldea
en tiempos de la cachaña,
pero siempre se dio mañas
para esconder su cara fea.

Bellas también, y a montones,
lo fueron igual, sus mujeres
que alimentaban quereres
entre los con pantalones

De casimir o de lino,
los bien plantados o chuecos,
o los que no cubrían huecos
del presente o sus destinos.

Les importaba una chima
a las gentes de esta historia
si trepaban a la gloria
siendo malo o bueno el clima.

Era cuestión entre todos
los al punto congregados,
sólo evitar ser pringados
de algún pegajoso lodo,

De ese que una vez prendía
era imposible quitarlo
ni refregando con marlo
ni con baldes de lejía.

Se acuñaba y aún se acuña
lo que decían de un tirón
de una mujer o un varón:
“¡trasminado va a pezuña!...”

No le faltaba pretextos
a la gente de nuestro valle
para lanzarse a la calle
con sus múltiples defectos,

Sin que le importase un bledo
que una vecina o vecino,
cruzándose en su camino
lo apuntase con su dedo

Y libre dejase a su pico,
modo de injurias tratar,
antes de ir a matar,
según ley de pueblo chico.

Gustavo Adolfo Baca

Me gusta que Usted…

Me gusta que Usted, no esté enfermo por mí (2)

Y que yo tampoco me enferme por Usted,

Que nunca el pesado globo de la tierra

Se escurra bajo nuestros pies.

Me gusta que pueda ser ridícula, perversa

Y buscar palabras adecuadas

Y no ponerme roja con ola sofocante

Si apenas nuestras mangas se rozaran.

Me gusta que delante de mí Usted pueda abrazar

Tranquilamente a otra mujer,

No me condena a arder en el infierno

Por no besarlo a Usted.

Y que mi cariñoso nombre, mi Cariño

No recuerde ni en la noche ni en el día…

Que nunca sobre nosotros, en el silencio de la catedral,

Cantarán el Aleluya.

Marina Ivánovna Tsvetáyeva

viernes, 21 de junio de 2013

Pasional

Esteban Foncueba

Dame tu corazón; dame, alma mía

el rico aroma de tus labios rojos…

Quiero calmar la sed de mis antojos,

libando de tu besos la ambrosía…

Oyendo de tu voz la melodía,

quiero embriagarme en tus divinos ojos;

ahogar en mis ternuras tus enojos,

¡y morir, en tus brazos, de alegría…!

No aumentes con la duda mi tormento.

Tal ilusión por tus caricias siento,

que solamente por gozarlas vivo…

No temas, no, mi amor; no te acobarde…,

¡que cuanto más en complacerme tardes,

más a tus pies me encontrarás cautivo!

jueves, 20 de junio de 2013

Penas y quejas

Gustavo Adolfo Baca

Llené mis alforjas viejas
En una noche serena,
Un poquito con mis penas
Y otro tanto con mis quejas.

Me lancé por los caminos
De hondas y tibias huellas
Haciendo de las estrellas
Las guías de mis destinos.

Tan mal no me fue, es cierto,
Pues aunque anduve sin rumbos y a veces de tumbo en tumbo,
Sin llegar a ningún puerto,

Tropecé con buenas cosas,
Con unas manos tendidas
Que curaron mis heridas
Entre tiernas y piadosas.

Me aparecieron al cruce
Dos ojos grandes, profundos,
Que a mi suerte de errabundo
Engalanaron de luces.

Se me olvidaron mis penas,
Se disolvieron mis quejas,
Parecían cosas viejas,
Tan solo un grano en la arena.

Mas volví a hacer camino
En las alas de los vientos
Porque no era el momento
De dar cima a mis destinos.
Logré remontar colinas
Y descender al bajío
Sintiendo en los ojos míos
Las lágrimas peregrinas

Del cansado, del vencido,
Del que nunca va a encontrar
No obstante su eterno andar,
La paz de Dios, el olvido.

Mis pobres alforjas viejas
Continuaban aún llenas
De aquellas primeras penas,
De aquellas primeras quejas

miércoles, 19 de junio de 2013

Tu retorno

Eric Luis Cárdenas del Castillo
Un día una princesita

su hogar que era su nido

por otros vientos dejó

Los celos que cosechó

la cargaron de desengaños

y a un impulso se alejó

Llevóse la dulce princesa

a su hijo que es un primor

dejando a su ruiseñor

lleno de hondo dolor

La confundida princesita

con su niño se cobijó

donde equivocadas personas

a quienes oídos prestó

Estas le aconsejaron

sacar de su corazón

al hombre que la amaba

y a quién un hijo le dio

Así la hermosa princesa

a otras tierras embarcó

mientras dejaba en oscuras

a su pobre ruiseñor

Pasado el primer desencanto

éste sus alas alzó

para buscar su princesa

donde la confusión la llevó

Ya con sus alas cansadas

todo triste el ruiseñor

volvió a su nido solo

a llorar su desolación

Cuando de pena moría

una bondadosa abuelita

que enferma le recibió

le dijo al enamorado

no desmayes ruiseñor

Tu princesita y su niño

no muy lejos han de estar

confía en tu amor por ellos

que Dios te los devolverá

Así un día volando

el afligido ruiseñor

en una ciudad blanca

a su princesa encontró

Todo el dolor de su alma

al instante se calmó

y con gran algarabía a su

encuentro marchó

La princesita sorprendida

en un dilema quedó

volver a su hogar querido

o seguir el viaje que emprendió

El ruiseñor y su princesa

con serena reflexión

acordaron olvidarse

de lo malo que pasó

Volver a amarse en su nido

y educar a su primor

en su hogar lleno de amor

para que cuando viejitos

los entierre el nuevo ruiseñor.

martes, 18 de junio de 2013

Hijo mío

Mientras vivas en esta casa

Deberás hacer lo que yo te ordene

Cuando establezcas tu hogar

Podrás hacer lo que quieras

En esta casa no existe democracia

Yo no hice campaña política

Para ser tu padre;

Tu no votaste por mí

Somos padre e hijo

Por la gracia de Dios

Y yo acepté este privilegio

Con su enorme responsabilidad

Al aceptarla, adquirí la obligación

De actuar como tu padre

No soy tu amiguito. . .

Nuestras edades son muy diferentes

Podemos compartir muchas cosas

Pero no confundamos el comportamiento

Somos amigos pero en diferentes niveles

Por ello tu harás, en esta casa

Lo que yo ordene

No deberás cuestionarme,

Ya que todo lo hago motivado

Por el cariño que te profeso

Todo esto será

Muy duro de comprender

Hasta que tú tengas un hijo

Hasta entonces confía en mí.

De Excelencias de la Sabiduría de Miguel Angel Cornejo.

El tren eterno

Manuel de la Revilla

–¡Alto el tren!

–Parar no puede.

–Ese tren ¿a dónde va?

–Por el mundo caminando, en busca del ideal.

–¿Cómo se llama?

–Progreso.

–¿Quién va en él?

–La Humanidad.

–¿Quién le dirige?

–Dios mismo.

–¿Cuándo parará?

–Jamás.

lunes, 17 de junio de 2013

De Magnificat

Eugene Guillevic

Yo beso tus rodillas,

estoy llegando.



Y pensar

que hay momentos

en los que para ti / soy

más leve que el aire.



Libérame

de este delirio

del que jamás

yo me libero.



Quédate. Quédate.

No te vayas siempre

incluso contra mí.



Con los vientos, con los ríos,

con todas las corrientes

que surcan la tierra.



Como la lava

repta bajo la tierra,

se reúne,

llega a la abertura,

se entrega,

hace sitio

a otras lavas.

¿De qué estará hecha la luna?

Yolanda Bedregal

La luna

está amasada

con leche y harina,

un poco de azúcar

y pizca de sal

y un huevo

sin romper.

Como no hay horno

tan grande

en que se pueda cocer,

la luna se queda cruda.



¡Eso no es verdad!



La luna

no es de leche

ni de harina

ni de azúcar

ni de sal

ni de huevo,

ni de nada.



La luna es de luna

y es luna la luna.



Baladita de la araña fea



La joven araña

díjole esta queja

a su madre un día:

Por qué soy tan fea,

dime, madrecita.

Hilando la rueca,

tú pareces de oro

sobre fina seda.

Mi padre es moreno,

más si te contempla,

lo cubre la gracia

que el nardo quisiera.

Yo, madre, tan flaca,

tan peluda y negra;

jamás un piropo

me dijo una abeja.

Cuando las guitarras

de los grillos suenan,

es la serenata

bajo de otra reja

La araña ese día,

sin mostrar tristeza,

preguntó al esposo

si la hija era fea.

¡Cómo dices eso!

¡Es como una perla

suave y transparente

la dulce pequeña!

Durmió aquella noche

la madre serena;

al día siguiente

se fue por las huertas

a recoger todas

las plateadas telas

que en vida afanosa

de araña tejiera.

Y cuando el ovillo,

más grande que ella,

era como el símbolo

de su vida austera,

hizo con los hilos

una bata fúlgida

con vuelos y encajes

fingiendo la espuma.

La joven araña

con su nueva túnica

era una movible

gotita de luna.

Y llegó el domingo.

A misa de fiesta

se fueron los padres

y la araña nuestra.

Todos los insectos,

al verla tan bella,

en musical ronda

se fueron siguiéndola.

Pero esta mañana...

¿por qué oculta pena?

flotaba en el agua

la arañita muerta.

Tal vez el estanque

que un cielo le ofrenda,

la tentó a entregarle

su fugaz belleza.

Flota el cuerpecito

de la araña fea

con vaga ternura

de apagada estrella.

domingo, 16 de junio de 2013

Las palabras

Eugene Guillevic

Las palabras

participan

de todo lo otro,

las palabras,



secretadas, masticadas

por los millones de ancestros



que han todos confiado:

la esperanza,

la cólera,

los sueños,

las revueltas,



Que los han habitado

como las portadas

largamente vestimentas

como las camas

sábado, 15 de junio de 2013

El árbol

Eugene Guillevic

Afuera está el árbol

y es bueno que esté allá

signo constante de las cosas

que se hunden en el lodo.

Es verde,

es grande,

tiene armas poderosas

sus hojas

como las manos

de un niño dormido

se mueven

y parpadean

viernes, 14 de junio de 2013

He aquí una oruga

Eugene Guillevic


He aquí una oruga.

Y repta.



Repta hacia el alimento,

eso es al menos

lo que ella cree,



Y además es cierto,

pero también repta



hacia su avatar,

hacia su vida de mariposa,



y este objetivo

ella no lo adivina.



Tú, tampoco adivinas

todavía

hacia qué escribes.

jueves, 13 de junio de 2013

Receta

Eugene Guillevic
Tome un tejado de viejas baldosas

poco antes del mediodía.

Póngalo todo a un lado

de un tilo ya mayor

agitado por el viento.

Coloque sobre ellos

un cielo azul, lavado

por las blancas nubes.

Déjelos hacer.

Obsérvelos.

miércoles, 12 de junio de 2013

Batir



Sin ala,

sin pájaro,

sin viento,

pero de noche

nada más

que el batir

de una ausencia de ruido



El arroyo fluye

en la tierra fresca



Él sabe

cómo son duras las piedras

él conoce el sabor

de la tierra

Eugene Guillevic

martes, 11 de junio de 2013

Bien quisieras

Bien quisieras

avanzar en tu poema

como un arroyo

rápido,

sinuoso

y tiemblas de devenir

como un estanque

donde podrías,

estancado,

ya no reconocerte.

Eugene Guillevic

Poemas de Ezequiel Martínez Estrada

PROLOGO

Sin estar viejo y sin dolencia grave,

noto que va flaqueando mi memoria

y que es el tiempo en que, según se sabe,

el hombre empieza a edificar su historia.

LLEGADA

A mi pueblo natal llegué un día de fiesta,

antes de la alborada, y obtuve en homenaje

una salva de bombas y un baile a toda orquesta.

¡Y pensar que llegaba sin nombre ni equipaje!

PATRIMONIO

De mi padre heredé su carácter austero,

su estatura mediana y su sed de aventuras.

De mi madre, un volumen de versos y figuras

forrado con mi cuero.

PRIMERA SALIDA

Mi corcel de cartón piafaba en el desván

y por un ventanal entraba, enorme, el sol.

Yo estaba, espada en mano, como aquel español

que se metió en los sesos las “Sergas de Esplandián”,

PRIMERA EMPRESA

Quise plasmar con humo mi ideal. (Prometeo,

con más sabiduría, usaba el barro).

Y ahora que digo el humo, me acuerdo del mareo

y de las náuseas del primer cigarro.

LA OBRA

El inútil apremio de la hormiga atareada,

y al fin de tanto esfuerzo, de tanto afán prolijo,

ni un gran libro, ni un árbol que dé sombra, ni un hijo.

La tristeza, el trabajo y el amor para nada.

PARTIDA

Por si el regreso es arduo de sierras y pantanos

con las botas calzadas espero la partida.

¿Pena? Sí; me dan pena, y aun no partí, las manos

altas y lentas de la despedida.

EPITAFIO

He respetado en todo al Dios desconocido

bajo las tres hipótesis de Bello, Puro y Cierto.

Di al alma cinco dracmas y una a cada sentido.

Y, sin embargo, aquí estoy muerto.

lunes, 10 de junio de 2013

Vi el pájaro

Eugene Guillevic

Vi el pájaro

que me cantaba



cantando a

mi alrededor



¿De qué especie

era entonces?



No podría

decírtelo.



De tal modo

se me parecía.



Se encantaba

con mis canciones



y regresaba

a cantármelas.


sábado, 8 de junio de 2013

El surazo

Gustavo Adolfo Baca


¿De dónde venía el surazo
con sus agudos silbidos?
¿en qué caminos perdidos
se congelaban sus pasos?

Entraba en mi tapera
como con la idea fija
de meter por las rendijas
sus tonadas agoreras.

Traía en sus alas briznas
de infinitas lejanías
y no cualquiera sabía
porque se hacían llovizna.

Me bebí el último concho
de un aguardiente añejo
era el remedio más viejo,
mejor que un grueso poncho

Para vencer el surazo
que otra vez había llegado
a descargar desalmado
sus gélidos ramalazos.

¿Nadie contuvo los bultos
que el surazo se trajo
arrancándolos de abajo,
de entre muertos insepultos?

Porque yo vi a la carrera
más de un alma en pena
arrastrando sus cadenas,
y una horrible calavera.


Surazo de vuelo osado,
¿de dónde nomás vendría
con olor a serranía
y a paso largo y cansado?

Para no pelar el diente
yo me bebía el concho,
que era mejor que un poncho,
de mi añejo aguardiente.

Pero él me metía de suena,
sin remedio en mi tapera,
el diablo, la calavera
y tanta alma en pena.

miércoles, 5 de junio de 2013

Una niña a su maestra

Tu fuiste en la noche de la infancia

quien cultivó mi mente que dormía,

sin comprender su fuerza y lozanía,

a la sombra fatal de la ignorancia.

Con tus nobles desvelos y constancia

la negra sombra se ha trocado en día,

y a su luz bendecida, que me guía,

yo del saber aspiro la fragancia.

Mis labios, ¡oh, maestra!, a toda hora

repiten llenos de fervor sincero

el nombre de mi buena bienhechora.

Si alguna vez, del mundo en el sendero,

me atacase la sierpe tentadora

llevo el ejemplo de tu honor austero.

Basilio V. De Charras.

martes, 4 de junio de 2013

Maestro

Frecia d. de Joffré

¡Maestro!

Tú que educas;

que enseñas sin egoísmo

que nos das tu saber

a cambio de la miseria

del hambre y de la explotación

a que estás sometido.

¡Maestro!

Que siguiendo los pasos de Dios

nos enseñas la verdad

la homestidad y hermandad

sin diferencia ni preferencia alguna

y con amor fraternal grandioso

alumbrando los corazones oscuros.

¡Maestro!

Seas bendito por guiar

los pasos jóvenes

por senderos de bien

de amor y sinceridad

ayudando a pasar sin tropiezos

los caminos pedregosos de la vida.

¡Maestro!

Que entregas tu vida,

marchitas tu juventud a cambio

del florecimiento de almas jóvenes

que desarrollan sin cesar

llevando dentro de sí

la enseñanza pura y sana

del maestro, predicador

de la verdad, amor y sabiduría.

¡Maestro!

Es quien tiene la mano dura

y la boca dulce,

la enseñanza seria

y la alegría de enseñar

¡Maestro!

Por eso y por mucho más

¡Bendito seas!

domingo, 2 de junio de 2013

Mi tapera

Gustavo Adolfo Baca

Había dos limoneros
Florecidos de azahares
Que eran cual dos altares
De mi patio, prisioneros.

Entre las ramas umbrosas
De aquellos dos limoneros
Hacían casa los horneros
Con vista a las mariposas.

La sala, ¡qué grande era!,
Alto y blanco el cieloraso,
Allí vivieron su ocaso
Los duendes de mi tapera.

Los duendes, de urgencia presos,
Metieron muchos ruídos
Al huir despavoridos
Del tan perverso progreso.

Agua fresca y cristalina,
Con fragancia a primavera
Podía beber cualquiera
De dos barrigonas tinas

Por las sombras protegidas;
Tinas que una alfarera,
Con manos de hechicera,
Concibió y les dio vida.

Como la vida, torcidos,
Los horcones espectrales
Que llené de iniciales
De algunos amores idos.


Vi que una araña tejía,
Con nervios de damisela,
Su tenue intrincada tela
En que el sol se prendía.

Desparejo el corredor,
Cargué por allí mis penas
Anudadas en cadenas
Y hondas como el dolor.

Pero era mi tapera
Y era mis limoneros,
Y en la memoria los quiero
Desde siempre hasta que muera

sábado, 1 de junio de 2013

EL CANTARITO EMBRUJADO



Edmundo Torrejón Cardoso



Las lecheras de mi tierra
llevan, por eso son bellas,
un cantarito embrujado
volandero en la cabeza...
Por eso su cuerpo erguido
y sus senos tentadores,
que tientan a quien no deben:
A las miradas curiosas
de los mocitos del pueblo.

Yo tengo, ¡ay sí!, mi lechera.
Lindaura, la muy morena.
Ñusta andaluza que lleva
a entregar todos los días
la leche de mis tres vacas.

Cuando de mañana va
a ser lechera del pueblo
al verla partir, tan bella
en el volar de su cántaro
y los pechos tan despiertos
bajo la blusa rosada,
muero en decirle: -Lindaura,
estoy celoso, no vayas:
¡Temo tus pasos del pueblo
donde el diablo nunca duerme:

Lo tengo en la lengua,¡y callo!
La dejo partir... Y quedo
pegado a la tierra buena.
Desde allí la veo en mis ojos
irse por el ancho río
transparente como el cielo,
por el azul de montañas
tan puras en sol y escarchas
que forman collar al valle...
Y pensando que al ser nuestros
han de protegerla en todo,
¡echo al viento el mal presagio!

¡Ay, cantarito embrujado,
cómo es tan firme tu imagen
en mi vida y el paisaje!

Del Libro “Romancero chapaco"
de Edmundo Torrejón Cardoso.
Industrias gráficas “La Comercial” SRL Tarija-Bolivia. 1981