sábado, 27 de junio de 2015

Amaneciendo sin ti

Al despertar en la aurora

De amargura profunda

Efluvio en la sombra

del amanecer,

Sentir el vacío de

la habitación

Que me rodea.



Te busco y no estás

Será porque la noche

te llevó sin retorno

O porque, indefinidamente te llevaste la noche

Para ti, llena de estrellas y esperanzas vivas

Para mí, sólo recuerdos

imperecederos.



No te culpo, porque

al marcharte

Dejaste un ser en tinieblas

Vagando en la oscuridad de soledad profunda.



Sólo el poste de la esquina

Es testigo mudo

Y las piedras rompen el crujir de los pasos

De un mendigo de amor

Que surca la noche

Sin rumbo fijo.

sábado, 20 de junio de 2015

El Hombre

Autor: Emilio Pablo


El hombre, ese increíble ser

ese que habita el planeta

mata a lo que es su teta

a su modo caprichoso;

y todo lo hace, vicioso,

por ansias de más poder.



Crea guerras sin cuartel

en pos de sus ambiciones

empujando a otros hombres

a que se maten por él;

es sanguinario y es cruel;

ese animal es el hombre.



Sin entender más razones

que sus hambres de riquezas;

titulándose estratega,

digita cuánto ha robar;

y mata por ese afán

hasta a La Madre Teresa.



Contamina, en su torpeza

agua y suelo y hasta el aire

y sin preguntarle a nadie

pulsa la bomba fatal;

esa que al explotar

será el final de finales.



Los desastres forestales;

la matanza de recursos;

son entre tantos abusos

muestras de su sinrazón;

un hombre en su condición,

no se merece este mundo.

sábado, 13 de junio de 2015

Me lo contó mi abuelo

Autor: Ubaldo Padilla Pérez

Cincuenta o sesenta años pasan

cuando rodeados de mucha gente

una pareja sonriente

compartía su destino

sin pensar que en el camino

una tormenta fatal

los habría de separar

total y definitivamente

porque el Señor Presidente

ordenó, por la patria ir a luchar.



Pidiendo a Dios lo proteja

marchó el recluta valiente,

besó a su esposa en la frente

con ternura de marido,

entonces pensó en su niño

que muy pronto iba a nacer

decidido y sin querer,

con esfuerzo sobrehumano

levantó a todos la mano

y al Chaco se dirigió.



Ya en la contienda el soldado

por algo que no sabía

luchó de noche y de día

sin esperar recompensa

más que el de volver

al lado de su mujer

a quien siempre le escribía



Hasta aquel ingrato día

en que con gran valentía

cayó el hombre prisionero.



Pasó el tiempo y aquellos

que a la guerra sobrevivieron

a sus hogares volvieron,

en tanto allá el prisionero

casi con juicio certero

imaginaba a su esposa

pensando las peores cosas

que pudieron haberle ocurrido.



Como el no regresaba

imaginaron su muerte

la esposa probó su suerte

casándose nuevamente

sin pensar que de repente

el señor excombatiente

con mil traumas en la mente

a su lado volvería.



Y por culpa de la guerra

cuando el volvió a su tierra

a su mujer la encontró

casada ya nuevamente;

el hombre desesperado

sintiéndose desgraciado

un arma tomó en la mano

y? se suicidó.