sábado, 22 de agosto de 2015

Poema del anciano y de la vida

José García Velázquez Segovia

Quieren apagar

el pábilo vacilante

de mi vida.



Ha llegado el momento

en que sólo les estorbo,

pues lo que llevo dentro

no lo valoran.



No tengo juventud, belleza, fuerza;

mi cuerpo envejeció ya

demasiado.



No les importa mi experiencia:

para ellos soy el pasado

que no existe en su mundo.



Represento todo

lo que les da miedo:

la vejez, el sufrimiento,

la tranquila tarde de paseo…

y ellos sólo valoran

lo que se mueve aprisa.



El tiempo aquilató

mis sentimientos

y ha dado perspectiva

a mi mirada.

Y así, cuando ahora pienso,

veo que soy más justo

al decidirme.



Lejos de la lucha a muerte

de cada día

por competir por el triunfo,

lejos de las ambiciones,

de cosas vanas,

he centrado mi vida

y la he visto con sentido

en lo trascendente.



Pero ahora estorbo

a los jóvenes,

que quieren todo el mundo

para ellos

y pretenden apartarme

para seguir su camino.



¡Quiero vivir la vida

hasta el final!

Que no la acorten

sólo porque mi mundo

les es extraño.



Quiero seguir viviendo,

denso, profundo,

mi tiempo interno.

Aunque mi cuerpo enfermo

no me responda,

me siento lleno;

agradezco a la vida

lo que me da.

¡Quiero vivir mi vida

hasta el final!.

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