martes, 29 de septiembre de 2015

Caminos de la vida

Arturo Terrazas Sivila
En tiende, le dije a mi corazón,

el tiempo ha pasado

y mi pelo luce blanco.

Los años han dejado profundas huellas

en mi rostro apagado,

han mermado mis fuerzas

y mi andar es lento.

Mi voz que ayer gritó libertad,

ha enronquecido,

mis ojos que ayer

vieron vidas crecer

hoy casi no ven.

Mi cuerpo va perdiendo forma.

En medio de cuatro paredes

y sonrisas por doquier,

he armado un castillo

con toscas letras

y versos del alma.

Le he dado tiempo a la luz

y distancia a mis sentimientos.

He cambiado oscuros colores

por aromáticas flores.

En madrugadas de invierno

riego mis pensamientos,

en el ardiente verano

aspiro el olor de la tierra.

Sean acaso mis razones

de primaveras vencidas,

o talvez el otoño de mil vidas.

Aun así, por Dios vivo,

tratando de ser joven

para el niño y el joven,

para el viejo y el anciano.

En mi castillo hay danza,

hay música y templanza,

hay recuerdos de triunfos

y derrotas también.

Los triunfos me enseñaron

que son parte del fracaso

y las derrotas, parte de los éxitos.

Quizás mañana no vea

y mis fuerzas languidezcan,

más mi espíritu canta y baila

por la alegría de amar,

por mi fe de ser amado

y la esperanza de ser perdonado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario