martes, 19 de abril de 2016

Mi madre

¿Qué nube puede ser aquella nube

que entenebrecida se aproxima?

Será tal vez el llanto de mi madre

que viene en lluvia convertido.

El sol alumbra a todos,

menos a mí.

No falta dicha para nadie;

para mí sólo hay dolor.

Porque no pude conocerla,

lloré más harto que la fuente;

y porque no hubo quien me asista,

mis propias lágrimas bebí.

También al agua me arrojé

queriendo que ella me arrastrara,

pero el agua me echó a la orilla

diciéndome: “Anda aún a buscarla”.

Si ella viera mi corazón

cómo nada en lago de sangre,

envuelto en maraña de espinas,

lo mismo que ella está llorando.

Juan Wallparimachi

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