sábado, 24 de septiembre de 2016

El usurpador

En el sudoeste de América del Sur

un país de la costa dice ser hermano,

vive de la astucia, mañas y patrañas,

dueño se hace de fundos y hazañas,

con falacias y un sinfín de artimañas.



Con inesperada injusticia invasión,

el país de la pérfida intención

le usurpó a Bolivia la novel nación,

su gallardo departamento Litoral.

Siglo y más lo mantiene encadenado

sin miras a rever convenios probados.



El Litoral, anhela volver a su hogar

al regazo de su madre adorada.

En Bolivia quiere ocupar su lugar,

Chile, es la nación de su infortunio,

Bolivia es patrimonio de su futuro.



Bolivia exige revisar todo tratado,

más Chile, es Judas y Caín hermano,

siempre con mentiras y arto engaño.

A más de solapado y falsario vecino

argumentando intrincados artificios,

de Bolivia, audaz Nación del mañana

hizo suyas las tersas aguas del Silala,

y casi le afanó el Lauca de sus entrañas.



A todo reclamo, el ruin extranjero,

al Litoral lo mantiene encadenado,

con designios de retorno frustrados.

A sus justicieros y legales reclamos,

la Nación Mapuche a Bolivia le dice:

¡tal vez otra costa, jamás tu Litoral!



Los pueblos libres de aire oxigenado,

que se erigen a la vera de los mares,

claman retornar al Litoral cautivo,

a Bolivia la Patria de su real destino.



Países del nuevo y viejo continente,

condenan la codicia del inclemente.

Por el convivir en paz, las naciones,

en aras de la razón y el derecho,

piden, epilogar las añejas discusiones.

Es legítima la reivindicación marítima,

el MAR retornará al solar boliviano,

"con soberanía plena y sin condiciones".

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