miércoles, 28 de septiembre de 2016

La mejor profesión

Lorenzo D’ Auria
Según calcula mi padre,

yo he de llegar a doctor.

Opina en contra mi madre,

que quiere hacerme tenor.

Mis dos hermanas mayores

me quieren ver capellán;

mi abuelito, don Juan Flores,

me llama ya: general.

Ya tengo bien elegida

mi profesión ideal,

la de ganarme la vida

en dulce forma real.

¡Qué general ni doctor!

¡Qué sacerdote ni nada!

La profesión de mi amor,

la que a mí mucho me agrada,

la de mi anhelo mayor

y de mi amor bien sincero,

es la de ser gran señor,

un gran señor. . . ¡confitero!

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