martes, 13 de septiembre de 2016

Mi verso

Victoriano de la Rosa

Cuando veo de los hombres el desprecio

para esos seres huérfanos sin pan,

mi verso estalla fustigante y recio,

con olímpicas furias de huracán.

Águila altiva soy, y no gusano. . .

Mi verso no es rastrero, ni servil.

Jamás le canto yo a ningún tirano;

pues no transijo con el oro vil.

Yo sé cantar cuando el dolor me abate,

o cuando el amor mi pecho inflama.

Mas también es mi verso de combate,

cuando la circunstancia lo reclama.

Para el verdugo cruel, destilo acíbar

en mi estrofa colérica y ardiente.

En cambio, soy para la hermosa almíbar,

y elogio con mis rimas al valiente.

Adverso al humillante vasallaje,

nunca ante nadie inclino yo mi testa.

Los déspotas me encienden de coraje,

y es para ellos mi verso de protesta.

No es mi pluma la pluma envilecida

de aquellos que perdieron su decoro. . .

¡Sé trabajar para ganar la vida,

y mantengo el honor, que es mi tesoro!

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