martes, 28 de febrero de 2017

La vida es sueño

(Calderón de la Barca) (fragmento) - (Jornada segunda, escena tercera, habla Segismundo)

Válgame el cielo, qué veo!

¡Válgame el cielo, qué miro!

Con poco espanto lo admiro,

con mucha duda lo creo.

¿Yo en palacios suntuosos?

¿Yo entre telas y brocados?

¿Yo cercado de criados

tan lucidos y briosos?

¿Yo despertar de dormir

en lecho tan excelente?

¿Yo en medio de tanta gente

que me sirva de vestir?

Decid que sueño es engaño:

bien sé que despierto estoy.

¿Yo Segismundo no soy?

Dadme, cielos, desengaño.

Decidme: ¿qué pudo ser

esto que a mi fantasía

sucedió mientras dormía,

que aquí me he llegado a ver?

Pero sea lo que fuere,

¿quién me mete en discurrir?

Dejarme quiero servir

y venga lo que viniere.

(Jornada segunda, escena decimonovena, habla Segismundo)

Es verdad, pues reprimamos

una fiera condición,

una furia, esta ambición,

por si alguna vez soñamos;

y sí haremos, pues estamos

en mundo tan singular,

que el vivir sólo es soñar;

y la experiencia me enseña

que el hombre que vive sueña

lo que es hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando;

y este aplauso, que recibe

prestado, en el viento escribe;

y en cenizas le convierte

la muerte (¡desdicha fuerte!):

¿qué hay quien intente reinar

viendo que ha de despertar

en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende,

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí,

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

martes, 21 de febrero de 2017

Alusión

Por: Ernesto Bedregal Patiño

Intento aspirar puro conocimiento,

sin embargo ingiero un gran embrollo.

Afanoso, deambulo por un sendero

engañoso, debo ser mi propio escollo.

* * *

Existe un desvío en la imperfección:

“Carencia absoluta de sentimientos

y un ego dedicado a elogiar a Razón,

alusión a una inútil pretensión.”

* * *

Quizás nunca lo haga, aunque desespere.

Agobiado, intento cumplir una penitencia,

me extravío pretendiendo ser coherente;

más que nada, ando en busca de Justicia…

(Extracto “607 Memories”).

Tragedia

Rosario Sansores

Con los ojos velados,

Me dijo así la amiga:

“–¡Soy huérfana, Rosario;

y es tan triste mi vida. . .!

Ni un brazo cariñoso

Para apoyarme tengo.

Siempre he vivido sola

Con mi dolor inmenso. . .”

Yo suspiré: “–¡Más dura

Y horrible es mi tragedia!

Si a tu madre perdiste,

¡puedes llorarla muerta!

A mi me abandonaron

Y me dejaron sola. . .

Madre, fortuna, hermana. . .

Nada me queda ahora.

Ni aun el dulce consuelo

De llorar en su tumba. . .

¡Ya ves que mi tragedia

es peor que la tuya!”

martes, 14 de febrero de 2017

Antofagasta boliviano

Letra y música: Gastón Velasco


En las playas del mar boliviano

coronada de luz y esplendor

con la gloria de Sucre y Bolívar

se levanta esta noble ciudad.

Nuestro puerto añorado nos llama

que volvamos a ver nuestro mar

libertando esta tierra bendita

que el chileno invasor nos privó.

Antofagasta ciudad querida

los bolivianos te amamos más

el fervor de cada pecho se ilumina

con el alma siempre fiel a ese ideal.

Antofagasta ciudad cautiva

con Mejillones y con Taltal

con Cobija, Tocopilla y Calama

forman parte de tu rico litoral.

Es el ancla tu escudo y divisa

que Bolivia materna te dio

tierra hermosa del Gran Chango López

que fundara esta gran capital.

Lucharemos con fe y entusiasmo

porque alcances la dicha y la paz

que Bolivia te brinda su afecto

siempre puro su amor inmortal.

lunes, 13 de febrero de 2017

Secreto de confesión

De: Milena Montaño Cabero de Escóbar

Afuera…el frío quieto.

Nubes blancas y distantes

de esplendor rutilantes.



El sol pálido pinta amarillo

del templo la altiva fachada.

La mañana tirita

despreocupada.



Adentro…el silencio mustio;

grato olor a copajira,

a frescas flores, cirios e

incienso

el amplio ambiente respira

aromando todas las salas.



Una mujer entra sigilosa

por la pequeña puerta;

no quiere por nadie ser vista.

De rodillas postrada ante la milagrosa

reverente inclina la cabeza

y se persigna.



Hablando muy quedo

con voz que se apaga

el corazón vacía sus pesares;

por los angustiosos ojos

amargas lágrimas brotan incontenibles

encendiendo luz en su

plegaria.



Presumo al mirarla

que su interior descarga

los errores, los pecados y el dolor.

Luego…los agudos sollozos

callan esperando el perdón.



Se levanta liviana

la devota agradecida

y con manos temblorosas

se pone la señal de la cruz

en su despedida.



Sale serena…liberada

del hondo pesar.



Y tú, Virgencita del Socavón

que escuchaste el secreto de confesión

de aquella mujer que cayó

de rodillas ante ti,

le das tu bendición.

martes, 7 de febrero de 2017

Poemas para leer en el minibús (Breviario) 6º parte y última parte

Por: Sergio Gareca Rodríguez

54

Una visión y un arma

La búsqueda extensa

El naufragio y la nada

Las venas llenas de gracia

La visión de nuevo

y de nuevo la nada



55

La nada

es obligatoria



56

La libertad implica

perder los ojos

en el sueño



57

La media noche

es

mi otra mitad



58

La sensualidad

del universo

está en las curvas

de los signos

de interrogación



59

El tiempo

vuela



Nosotros

vamos a pie



60

La mayoría

de nosotros

vino de cabeza

al mundo



61

A un paso

del abismo:



El pie de página



62

Fin

no es

la última

palabra