martes, 20 de junio de 2017

Flor azul

Mihai Eminescu

“¿Te has hundido en las estrellas

de nuevo, en nubes y en cielos?

No me olvides, por lo menos,

Alma de mi vida entera.

En vano soleados ríos

Juntas en tu pensamiento,

Y asirios emplazamientos

Y los océanos sombríos.

Las pirámides vetustas,

Suben sus puntas al cielo,

No busques allá, tan lejos,

¡Amado mío tu ventura!”

La pequeña así me habló,

Dulce alisando mi pelo,

Dijo ella lo verdadero,

Nada dije, reí yo.

Ven al bosque verdecido,

Donde lloran manantiales,

Y la roca está que cae

A los grandiosos abismos.

Allá en un claro estaremos,

Junto a los juncales quietos

Y bajo el sereno cielo

Entre moras pasearemos.

Y entonces me dirás cuentos

Y me dirás tus mentiras,

Yo con una margarita

Veré si tu amor es cierto.

Y bajo el cielo estival

Roja como una manzana,

Mi pelo desharé en lianas

Para tu boca cerrar.

Y si me dieras un beso,

Nadie en el mundo sabría,

Bajo el sombrero sería,

¡Y a quién, pues, le importa eso!

Cuando venga entre los ramos,

La luna en la noche ardiente,

Me abrazarás tiernamente,

Pondré en tu cuello mis brazos.

Por la senda, en la espesura

Que desciende hasta la aldea,

Yo te beso, tú me besas,

Dulces cual flores ocultas.

Y cuando al umbral llegamos,

Entre la sombra hablaremos,

Nadie se ocupe qué haremos,

¿A quién le importa si te amo?

Un beso más. . . se esfumó. . .

¡En la luna un poste yo era!

¡Ay , qué bella y qué locuela,

es mi azul, mi dulce flor!

Te has ido, dulce milagro,

Y pereció nuestra luz,

¡Flor azul, oh, flor azul!. . .

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