martes, 4 de julio de 2017

El diamante

El sannyasi había llegado a las

afueras de la aldea y acampó bajo

un árbol para pasar la noche.

De pronto llegó corriendo hasta él

un habitante de la aldea y le dijo:

“¡La piedra! ¡La piedra!

¡Dame la preciosa Piedra!”

“¿Qué piedra?”, preguntó el sannyasi.

“La otra noche se me apareció en

sueños el Señor Shiva”, dijo el

aldeano, “y me aseguró que si venía

al anochecer a las afueras de la

aldea, encontraría a un sannyasi

que me daría una piedra preciosa

que me haría rico para siempre”.

El sannyasi rebuscó en su bolsa

y extrajo una piedra.

“Probablemente se refería a ésta”, dijo, mientras entregaba la piedra al aldeano.

“La encontré en un sendero del

bosque hace unos días. Por supuesto

que puedes quedarte con ella”.

El hombre se quedó mirando la piedra

con asombro. ¡Era un diamante! Tal

vez el mayor diamante del mundo, pues

era tan grande como la mano de un hombre.

Tomó el diamante y se marchó.

Pasó la noche dando vueltas en la cama,

totalmente incapaz de dormir.

Al día siguiente, al amanecer,

fue a despertar al sannyasi y le dijo:

“Dame la riqueza que te permite

desprenderte con tanta facilidad

de este diamante”.

Anthony de Mello – El canto del pájaro.

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