miércoles, 28 de diciembre de 2016

Soneto

Manuel Acuña
Porque dejaste el mundo de dolores

buscando en otro cielo la alegría

que aquí, si nace, sólo dura un día

y eso entre sombras, dudas y temores.

Porque en pos de otro mundo y de otras flores

abandonaste esta región sombría,

donde tu alma gigante se sentía

condenada a continuos sinsabores.

Yo vengo a decir mi enhorabuena

al mandarte la eterna despedida

que de dolor el corazón me llena;

Que aunque cruel y muy triste tu partida,

si la vida a los goces es ajena,

mejor es el sepulcro que la vida.

OOO

A Asunción

Poemas de amor de Manuel Acuña

Mire usted, Asunción: aunque algún ángel

metiéndose envidioso,

conciba allá en el cielo el mal capricho

de venir por la noche a hacerle el oso

y en un acto glorioso

llevársela de aquí, como le ha dicho

no sé qué nigromante misterioso,

no vaya usted, por Dios, a hacerle caso,

ni a dar con el tal ángel un mal paso;

estése usted dormida,

debajo de las sábanas metida,

y deje usted que la hable

y que la vuelva a hablar y que se endiable,

que entonces con un dedo

puesto sobre otro en cruz, ¡afuera miedo!

No vaya usté a rendirse

ante el ruego o las lágrimas y a irse...

que donde usted nos deje

por seguir en el vuelo a su Tenorio,

después irá a llorar al purgatorio

sin tener quien la mime, aunque se queje...

Conque mucho cuidado

si siente usted un ángel a su lado,

que yo, como su amigo,

con tal que usted, Asunción, me lo permita,

le aconsejo y le digo

que después de Rosario y Margarita

no admita usted más ángeles consigo.

Estése usted con ellas

compartiendo delicias e ilusiones

todas las horas tienen que ser bellas;

viva usted muchos años

(como un humilde criado le diría)

y mañana que sola o entre extraños

se encuentre por desgracia en este día,

si busca usted una alma que la ame,

llame usted a mi pecho, y conque llame,

si no estoy muerto encontrará la mía.

martes, 22 de noviembre de 2016

La gota de agua

José Sebastián Tallon



Salió del mar y se encontró en la nube.

Después, la nube se alejó en el viento.

Y por fin al llover, la gota de agua

se encontró en la raíz de un duraznero.

Otras gotas quedaron en las ramas,

y al verse tan brillantes y arriba, se rieron

de la pobre gotita que en la tierra,

tan abajo y oscura, se había muerto.

Pero cuando en el árbol no quedaba

de las gotas brillantes ni el recuerdo,

la gota muerta no era muerta. Era

jugo en el jugo de un durazno nuevo.

Danza festival

Oscar Cerruto (1912 – 1981)
Vamos a mirar el lago,

vamos a mirar.

Vamos a mirar la nieve,

vamos a mirar las garzas.

Vamos a mirar

el totoral.

Hacia el lúcido país

de su mocedad va el agua

en cristalina piragua

empavesada de anís.

¿Por qué no vienes, laurel?

¿Por qué no trébol, espuma,

tu también, sonora pluma,

silbo de ebriedad y miel?

El aire pulsa feliz

su lira, se balancea

la nube en lo alto, flamea

protocolar el maíz.

Sobre la arena lustral

¿Te detendrás, cierzo andino,

a aspirar el rubio vino

que derrama el sol rural?

Penas despeina la luz,

despeina que te despeina

la cabellera de reina

con un peine de orozuz.

Y siendo abril, de perfil

por pudor, la margarita

concede al fin una cita

al porfiado toronjil.

¿No es un anuncio nupcial?

Pues que bailen, por principio,

las rosas del municipio

y el gladiolo festival.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Amada Orureña

Quizás sin métrica,

tal vez sin rima,

pero con mucho sentido

y sentimiento no mentido,

musitándote al oído,

reclamo por tu olvido.



Te fuiste y no me extraña,

que aún no llegue el mañana,

que enamorados e inocentes,

soñamos aún adolecentes,

y aunque por toda respuesta,

por lo dicho te muestras molesta,



Para mí…sigues siendo ¡Orureña!

La mujer dulce, leal y buena,

con el que todo hombre sueña,

de su destino y hacienda,

hacerla…la sabia dueña.

martes, 15 de noviembre de 2016

Tiembla la tierra

Lidia Terrazas

Tiembla y ruge la tierra,

fragorosa toma distancia,

las calles vomitan piedras y techos.

Multitud de cadáveres ruedan,

desnudos, con ojos desorbitados. . .

Vivos se entierran los humanos.

Calles extensas, convertidas en necrópolis.

Hay angustia. . . dolor y gritos,

humareda satánica, azota el campanario.

Enloquecido terremoto, trágico, siniestro, espantoso

se oyen los sollozos prolongados, con ojos en la tierra

gritos prendidos en paredes derrumbadas,

calles anochecidas, gente que quiere huir,

gente que pierde el sentido,

cuando la muerte extiende sus brazos,

prendidos en el callejón embravecido,

en el vértigo del delirio y la fiebre.

No hay camino, no hay sendero,

sólo abismo, boca abierta en las calles,

tierra en aciago y funesto temblor,

la humanidad vive en condena,

sin cielo, sin suelo ni luna.

Vuelan las máquinas lúgubres. . .

Vuelven fúnebres.

El candil de la vida, está apagado,

tormenta de lágrimas, sangre sobre la arena

traga voraz la tierra. . .

Ruge el temblor, en noches de espanto,

danza la tierra en cruel azote.

Todo es funesto, catastrófico y muerte.

¡Piedad. . . Dios mío. . . piedad!

De ANTOLOGÍA - Confederación Perú -Boliviana de Poetas y Escritores.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Si mis ojos

Si pudiera ver el cielo

cuando amanece

que acaricia lento

cada madrugada.



Si pudiera ver la noche y las

estrellas

admiraría el brillo

y destello de cada una de ellas.



Si pudiera ver la luna aparecer en el ocaso

balancearse acurrucada entre mis brazos

que en el sonido del viento

susurra una canción de cuna

a quien brilla radiante

escondida en el cielo.

Dormitando, la luna,

con cada sueño

si pudiera ver el pasto verde

que baila al sonido de cantares del viento

las rosas que besan

el aire fresco

que las roza acariciándolas

lento.



Si pudiera ver las aves

buscando aventura

surcando mares

conquistando libertad,

abriendo sus alas

sobre la cima de luz

en viajes eternos

de bondad pura.

Si pudiera ver las nubes

paseando sobre el cielo

cuando baña con gotas de poesía

enriqueciendo las almas de

inspiración

que con frases suaves endulza

la vida,

no veo lo encantador del mundo

anhelo ver el universo

admirar la noche y

la madrugada.



Me imagino horizontes y ocasos

quizás alguna vez el cielo

me conceda

me quite para siempre esta pena

y estas…pesadillas

que lo menos entre sueños veo

martes, 1 de noviembre de 2016

No sé si es llanto o agua

En el hondo de la pena antigua

navega un recuerdo que duele,

que remoja sus ideas en leche agria

destilando el amargor de la condena.

Es aún un espejo resquebrajado

que deforma la imagen tenue

dejando que el llanto parezca sonrisa,

que el amor sea tan solo una quimera.

No quiero reflejarme en tal engaño

donde la esperanza es nube gris

que anuncia la tormenta,

que gime de gota en gota,

que ahoga mi llanto en tu pecho.

Y lloverán los ríos,

llorarán los mares;

y mi alma varada

se hundirá en la arena.

La llovizna me azota el rostro

y no sé si es llanto o agua.

Es el infortunio de la sal

que me execra lento.



¡Ay, malhaya el recuerdo atroz!

Estaba tranquilo hilando en la vida

cuando el cuervo rompió el vidrio

de la puerta que ya había olvidado,

de la puerta que había asesinado

a lo cruel de mi pasado.

Lo que yo quiero

Almafuerte
I

Quiero ser las dos niñas de tus ojos,

las metálicas cuerdas de tu voz

el rubor de tu sien cuando meditas

y el origen tenaz de tu rubor.

Quiero ser esas manos invisibles

que manejan por sí a la Creación

y formar con tus sueños y los míos

otro mundo mejor para los dos.

Eres tú Providencia de mi vida,

mi sostén, mi refugio, mi caudal;

cual si fueras mi madre yo te amo. . .

¡y todavía más!

II

Tengo celos del sol porque te besa

con sus labios de luz y de color. . .

¡del jazmín tropical y del jilguero

que decoran y alegran tu balcón!

Mando yo que ni el aire te sonría:

ni los astros, ni el ave, ni la flor,

ni la Fe, ni el Amor, ni la Esperanza,

ni ninguno, ni nada más que yo.

Eres tú Soberana de mis noches,

mi constante, perpetuo cavilar:

ambiciono tu amor como la Gloria. . .

¡y todavía más!

III

Yo no quiero que alguno te consuele

si me mata la fuerza de tu amor. . .

¡Si me matan los besos insaciables,

fervorosos, ardientes que te doy!

Quiero yo que te invadan las tinieblas

cuando ya para mí no salga el sol.

Quiero yo que defiendas mis despojos

del más breve ritual profanador.

Quiero yo que me llames y conjures

sobre labios y frente y corazón.

Quiero yo que sucumban y enloquezcas. . .

¡loca, sí, muerta, sí, te quiero yo!

Mi querida, mi bien, mi Soberana,

mi refugio, mi sueño, mi caudal,

mi laurel, mi ambición, mi santa madre. . .

¡y todavía más!

sábado, 22 de octubre de 2016

Cambio

Por: Práxides Hidalgo Martínez


Les engañaron con un cambio,

le entregaron falsías que tejieron

en sus atribuladas almas

perseguidas por cruentos pasados.



Les deslumbraron con el dios inti

que solo resplandeció para ellos,

pues sus vidas se eclipsaron

y de pobres que fueron,

los alquimistas, más pobres los volvieron.



Les dieron bonos como migajas

siguiendo el oráculo de los chamanes

devorando sus sueños.



Pleitesía degustaron

pletóricos de arcos de alabanzas y engaños

devocionario repitieron en coro desafinado

viviendo una magia efímera,

mientras lo perpetuo es la pobreza.

martes, 11 de octubre de 2016

Poema a la Mujer hay que cuidarla y respetarla

A la flor hay que regarla, a que olerla,

hay que mimarla para que no se marchite,

lucirla por sus colores,

se puede hablar con la flor,

¿por qué no? al final se marchita y su final es tirarla.

A la mujer hay que respetarla,

con dolor nos pare una mujer,

a la mujer hay que mimarla,

quererla, valorarla, amarla,

nos tenemos que sentir orgullosos de la mujer,

por su valentía, su fuerza, su paciencia, su entrega incondicional.

Al final la mujer se marchita pero tiene un gran valor,

se ha entregado, ha amado sin condición

cuanto calla y guarda en su corazón,

qué guapa esta la mujer aunque este mayor,

por favor mirar a la mujer con mucho AMOR.

Enviado por: Gracia. Wikipedia

sábado, 8 de octubre de 2016

Agotada

Tus fuertes brazos me rodean,

Mi cabello se enamora de tus hombros;

Lentas palabras de consuelo caen sobre mí,

Sin embargo, mi corazón no tiene descanso.



Porque sólo una cosa trémula queda de mí,

Que jamás podrá ser algo,

Salvo un pájaro de alas rotas

Huyendo en vano de ti.



No puedo darte el amor

Que ya no es mío,

El amor que me golpeó y derribó

Sobre la nieve cegadora.



Sólo puedo darte un corazón herido

Y unos ojos agotados por el dolor,

Una boca perdida no puede sonreír,

Y tal vez ya nunca vuelva a reír.



Pero rodéame con tus brazos, amor,

Hasta que el sueño me arrebate;

Entonces déjame, no digas adiós,

Salvo si despierto, envuelta en llanto.

martes, 4 de octubre de 2016

Paciencia

Oscar Vargas del Carpio (boliviano)


“Paciencia. . .”

Otra vez la palabra: Paciencia. . .

Paciencia. . . ,

¿paciencia hasta cuando. . .?

el repique sin ecos de cobardía y sombra,

la insensata mentira de

nuestro mundo hipócrita:

¡PACIENCIA!

Cuando niño,

cuando andaba descalzo en los inviernos,

rotoso y despeinado,

y en la escuela me hacían el vacío,

–¿por qué?. . . –

yo preguntaba a mi madre.

–¡Paciencia!. . . –

se alzaba la respuesta

para enjaularme el alma.

Cuando los niños ricos

tenían Nochebuena,

y Melchor,

y Gaspar y Baltazar,

rociaban de juguetes sus ventanas

–¿por qué?. . .– yo preguntaba–, ¿se olvidaron

de mí?,

¿es que Dios solamente es de los rico,

o. . . soy un niño malo?. . .–

. . .Y en la noche sin sombras de mi infancia

se encendía el ¡Paciencia!, como un rezo

de absurda mansedumbre. . .

. . .Y hoy. . . ¡Paciencia!

Otra vez,

otra vez el gargajo

sobre el hondo negror de nuestra calma.

Paciencia ante el ejército de hambrientos,

ante los niños tristes

que caminan sin risa por la infancia,

ante las prostitutas

¡pobres vírgenes pálidas!,

–pitonisas de Safo ante el Altar del Mundo–

Paciencia ante la infamia, y

¡paciencia ante la injusticia!

Paciencia. . . ¡pero no!,

Paciencia tuvo Cristo y lo mataron,

y paciente es el pueblo. . . ¡y es esclavo!

¿Paciencia?. . . ¡Nó!

La impaciencia es la vida,

impaciente es el tiempo que no espera,

impaciente es el grito que no aguarda

para ¡clavar su voz en el mañana!

Paciencia. . .

¿Cuando la vida avanza y

los rebeldes cantan?

¿Cuando revienta el pecho

en cuajarón de sangre?,

¿cuándo hay tanto que hacer

sobre la tierra?. . .

¡Paciencia no!

Moverse y agitarse y luchar. . .

Y cantar ¡sin esperar!

Paciencia no,

paciencia tuvo Cristo y lo mataron,

paciencia no, ¡¡MIL VECES NO!!

(((o)))

miércoles, 28 de septiembre de 2016

La mejor profesión

Lorenzo D’ Auria
Según calcula mi padre,

yo he de llegar a doctor.

Opina en contra mi madre,

que quiere hacerme tenor.

Mis dos hermanas mayores

me quieren ver capellán;

mi abuelito, don Juan Flores,

me llama ya: general.

Ya tengo bien elegida

mi profesión ideal,

la de ganarme la vida

en dulce forma real.

¡Qué general ni doctor!

¡Qué sacerdote ni nada!

La profesión de mi amor,

la que a mí mucho me agrada,

la de mi anhelo mayor

y de mi amor bien sincero,

es la de ser gran señor,

un gran señor. . . ¡confitero!

sábado, 24 de septiembre de 2016

El usurpador

En el sudoeste de América del Sur

un país de la costa dice ser hermano,

vive de la astucia, mañas y patrañas,

dueño se hace de fundos y hazañas,

con falacias y un sinfín de artimañas.



Con inesperada injusticia invasión,

el país de la pérfida intención

le usurpó a Bolivia la novel nación,

su gallardo departamento Litoral.

Siglo y más lo mantiene encadenado

sin miras a rever convenios probados.



El Litoral, anhela volver a su hogar

al regazo de su madre adorada.

En Bolivia quiere ocupar su lugar,

Chile, es la nación de su infortunio,

Bolivia es patrimonio de su futuro.



Bolivia exige revisar todo tratado,

más Chile, es Judas y Caín hermano,

siempre con mentiras y arto engaño.

A más de solapado y falsario vecino

argumentando intrincados artificios,

de Bolivia, audaz Nación del mañana

hizo suyas las tersas aguas del Silala,

y casi le afanó el Lauca de sus entrañas.



A todo reclamo, el ruin extranjero,

al Litoral lo mantiene encadenado,

con designios de retorno frustrados.

A sus justicieros y legales reclamos,

la Nación Mapuche a Bolivia le dice:

¡tal vez otra costa, jamás tu Litoral!



Los pueblos libres de aire oxigenado,

que se erigen a la vera de los mares,

claman retornar al Litoral cautivo,

a Bolivia la Patria de su real destino.



Países del nuevo y viejo continente,

condenan la codicia del inclemente.

Por el convivir en paz, las naciones,

en aras de la razón y el derecho,

piden, epilogar las añejas discusiones.

Es legítima la reivindicación marítima,

el MAR retornará al solar boliviano,

"con soberanía plena y sin condiciones".

domingo, 18 de septiembre de 2016

Mi alma gemela

Por: Luciana Jáuregui


Mi alma gemela

no es igual a mí

es ave prisionera de un suspiro

es voz acurrucada en el silencio.



Mi alma gemela no es igual a mí

es loca aventurera de mis versos

es presa enamorada de mis labios

es amante imperecedera de mi cuerpo.



Mi alma gemela no es igual a mí

callada, inocente, impredecible

fugaz en lo aparente

eterna en lo profundo.



Mi alma gemela no es igual a mí

es parte mía.

martes, 13 de septiembre de 2016

Mi verso

Victoriano de la Rosa

Cuando veo de los hombres el desprecio

para esos seres huérfanos sin pan,

mi verso estalla fustigante y recio,

con olímpicas furias de huracán.

Águila altiva soy, y no gusano. . .

Mi verso no es rastrero, ni servil.

Jamás le canto yo a ningún tirano;

pues no transijo con el oro vil.

Yo sé cantar cuando el dolor me abate,

o cuando el amor mi pecho inflama.

Mas también es mi verso de combate,

cuando la circunstancia lo reclama.

Para el verdugo cruel, destilo acíbar

en mi estrofa colérica y ardiente.

En cambio, soy para la hermosa almíbar,

y elogio con mis rimas al valiente.

Adverso al humillante vasallaje,

nunca ante nadie inclino yo mi testa.

Los déspotas me encienden de coraje,

y es para ellos mi verso de protesta.

No es mi pluma la pluma envilecida

de aquellos que perdieron su decoro. . .

¡Sé trabajar para ganar la vida,

y mantengo el honor, que es mi tesoro!

sábado, 10 de septiembre de 2016

Tan jóvenes y tan viejos

Mi niñez es el espejo donde los

críos duermen su tormenta,

la lengua de una herida abierta a las avenidas de tu ropa.



¿Recuerdas cómo las palmeras

dormían a la orilla del cielo

o cómo las barcas secuestraban en su boca la libertad del verano?



Esa fue nuestra niñez, una isla con gaviotas en las manos,

un pecho con seis lanzas sujetas al eco de una lágrima.



Quizás también recuerdes a

aquellos labios vestidos por el polvo,

a esos que esperan sentados en su vida la última duda de la muerte.



¿O ese soy yo? Más viejo y solo,

mirando en el fondo de los charcos

cómo mi nombre desconoce las

heridas escritas por los años.



¿O esa eras tú? El silencio de un

verso escrito por el tiempo,

un interrogante en el ala de un

pájaro que apuñala su libertad.



Yo te invito al recuerdo, al lugar donde el desconcierto

es la foto de un niño triste atado a la soledad de un capote,

al beso que lento roza todas

las esquinas de la memoria.



Te invito al recuerdo del todo y del nada, al bloque de hielo

que un día fue agua, más tarde

llanto y hoy olvido,

te invito a pasear por las sombras eternas de los diarios.



No olvides al hombre desnudo que habita en la estrofa de la lluvia,

no olvides el traje donde los

besos son la sonrisa de un

patio de colegio

pero recuerda que ni la muerte

querrá a la vida como yo te quiero.

martes, 6 de septiembre de 2016

Amorosas

Balbino Dávalos

Lejos de ti, mi corazón inquieto

busca la soledad de la tristeza

y enfermo de pesar, tímidamente

como paloma acobardada tiembla.

Como acrecida turbación, su vuelo

tiende hacia ti mi espíritu y no llega,

y sólo ve tus ojos en la noche

como en un cielo negro dos estrellas.

Y dirigiendo hacia el abismo mudo

su solitaria y dolorosa queja,

llora mi corazón lleno de angustia

y cual paloma acobardada tiembla.

Cerca de ti, mi corazón inquieto

junto al tuyo, tembloroso vela

mientras tu voz de inesperados ritmos

arrulladora o palpitante suena.

Cerca de ti, mi espíritu se pierde

en tu mirada misteriosa y negra,

y ante el abismo de tus ojos busca

vértigos de placer o de tristeza.

Y al descender en ese abismo mudo,

mi corazón acobardado tiembla

a cada frase, engañadora acaso,

que como arpegio en tu garganta suena.

lunes, 5 de septiembre de 2016

La felicidad

Por: Amado Nervo



Un cielo azul de estrellas

brillando en la inmensidad;

un pájaro enamorado

cantando en el forestal;

por ambiente los aromas

del jardín y el azahar;

junto a nosotros el agua

brotando del manantial

nuestros corazones cerca,

nuestros labios mucho más,

tú levantándote al cielo

y yo siguiéndote allá,

ese es el amor mi vida,

¡Esa es la felicidad!...



Cruza con las mismas alas

los mundos de lo ideal;

apurar todos los goces,

y todo el bien apurar;

de lo sueños y la dicha

volver a la realidad,

despertando entre las flores

de un césped primaveral;

los dos mirándonos mucho,

los dos besándonos más,

ese es el amor, mi vida,

¡Esa es la felicidad...!

martes, 23 de agosto de 2016

La casada infiel

Federico García Lorca
Y que yo me la llevé al río

creyendo que era mozuela,

pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago

y casi por compromiso,

se apagaron los faroles

y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas

toqué sus pechos dormidos,

y se me abrieron de pronto

como ramos de jacintos.

El almidón de su enagua

me sonaba en el oído

como una pieza de seda

rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas

los árboles han crecido,

y un horizonte de perros

ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,

los juncos y los espinos,

bajo su mata de pelo

hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quité la corbata,

ella se quitó el vestido,

yo el cinturón con revólver,

ella sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracoles

tienen el cutis tan fino,

ni los cristales con luna

relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban

como peces sorprendidos,

la mitad llenos de lumbre,

la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí

el mejor de los caminos,

montado en potra de nácar

sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,

las cosas que ella me dijo.

La luz del entendimiento

me hace ser muy comedido.

Sucia de besos y arena,

yo me la llevé del río.

Con el aire se batían

las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy:

como un gitano legítimo.

Le regalé un costurero

grande, de raso pajizo,

y no quise enamorarme

porque, teniendo marido,

me dijo que era mozuela

cuando la llevaba al río.

sábado, 13 de agosto de 2016

Simple


Porque nadie te hará el amor

como solía hacértelo

así de simple es mi amor



Porque sé muy bien

que nadie conoce mejor que yo

la estructura de tu espalda

así de simple es mi amor



Porque no existe sobre este planeta

alguien tan devoto de tu ombligo

así de simple es mi amor



Porque me considero el único peregrino

que ha caminado y acampado al mismo tiempo

por cada uno de tus lunares

así de simple es mi amor



Porque conozco cada defecto tuyo

por tus bellos pretextos

por tu risa

por tu llanto

por las noches donde velaba tus sueños

y sabías que contabas conmigo

para todo para nada



Por el amor y la violencia de tus besos

por el tiempo que pasamos juntos



Por vivir conmigo

en mí y fuera de mí



Por eso y un poco más

sé que puedo darte un tantito más de mi vida

para que la veas pasar por tus manos

para luego desprenderme hacia tus pechos pequeños

desbordando en ese universo que es tu ombligo

solo para que tu piel se confunda con la mía

así de simple es mi amor

martes, 9 de agosto de 2016

La muerte del pájaro

Gastón Pujol

El pájaro está enfermo. El pajarito se muere. . .

Se ha posado en una rama de al-mendro. Junto a él, hay una flor blanca como el alma de la pequeña ave.

El pájaro hace esfuerzos para no caerse, para no morir.

Y dice a la flor, su vecina:

–¡Qué feliz eres, ¡oh, flor!, que ahora empiezas a vivir!

Y la flor le contesta:

–No creas en mi felicidad; puesto que mi vida es efímera. No sirvo más que pa-ra anunciar la primavera, y luego morir... Veo que estás tambaleándote, pájaro ami-go. Apóyate en mis pétalos.

Pero el pájaro le replica:

–Eres tan delicada que, al apoyar mi cuerpo en el tuyo, nos caeríamos los dos, y también tu morirías.

–¿Qué me importa –dice, a su vez, la flor – morir unos cuantos momentos an-tes, si puedo aliviar tu sufrimiento...?

Pero el pajarito ya no oye estas palabras; y cae en tierra, arrastrando involuntaria-mente a la flor.

Su cuerpecito queda tendido de cara al cielo, con las patas rígidas, y cubierto por algunos pétalos de flor de almendro.

Parece como que una mano piadosa ha-ya depositado flores sobre su humilde plumaje, como para rendirle el último tri-buto...

Así murió un pájaro, en un suave día de primavera.

martes, 2 de agosto de 2016

A Bolívar (Epitafio)


Ricardo Bustamante


De América al gigante veis dormido. . .

Dios y la Libertad guardan su lecho. . .

Del vencedor del Tiempo y del Olvido

Grande es la gloria y el sepulcro estrecho:

Del vasto mundo hasta el postrer latido,

Si hay fibra ardiente en el humano pecho,

Se inclinarán los hombres ante el Hombre

Que diome vida y me legó su nombre.

Juana Azurduy

Viene sí, viene la Juana

ya cabalga su corcel

música de montonera

galopera del tropel.

Viene sí, viene Padilla

la guerrilla suena ya

bajo el sol de la montaña

la mañana es claridad.

No haya más opresión

hambre sombra ni desolación

si en su senda pelea el guerrero

desde mi sendero peleo yo.

Vuelve sí, vuelve la Juana

vuelve ufana de su bien

apagados los tambores

los doctores no la ven.

Volverán Juana y Padilla

a la villa a galopar

y por los bravos senderos

guerrilleros trotarán.

Jorge Suárez

sábado, 30 de julio de 2016

¿El nunca?



Llueve
en la casona.

En cada gota
esculpo
algún
recuerdo
- cauto -

El patio
- sinfonía -
remanso
de los sueños.

Un prisma
los salones
difuminando
ausencias.

Soledad
de las témperas.

Los óleos
que proclaman
atisbos
de oraciones.

Un eco
las alfombras:
de pasos vacilantes:
¡de infancias!
¡de bastones!

Llueve
en la casona,
es gris
hasta el relámpago
con su clamor
de oboes.

Sillones
filosóficos
que atisban
los cristales:
Las lágrimas
del viento:
justificando
paltos,
chirimoyos,
higueras,
el tul
del emparrado.

¿El nunca
en las cosechas?
San Bernardo de la Frontera, verano 2015

Amor

Amor sin manos sin miedos,

abrázame que tengo frío,

que quiero en el cuerpo mío

sentir la piel de tus dedos.



Quiero ser más que el hielo

quiero ser el agua que has de beber

la estrella que mirarás

el camino que andarás

la luz de un nuevo amor

y la luna de tus noches.



Te recuerdo cuando miro

ese recuerdo encadenado

quiero salvar tus pecados

una vez y nada más,

imaginar su verdad

entre tus labios cerrados

rojo labio que enloquece

ojos que parecen un sol,

es una rosa tu boca

que mis ganas enardece

cuando te entregas en cada

caricia

mereces el amor más limpio

y puro

y me comporto seguro

cuando despierto del sueño

y descubro que soy dueño

de un amor en lo oscuro.

martes, 26 de julio de 2016

Poesía boliviana: Youkali



Augusto Jordan Quiroga (*)

VI
En liturgia ancestral indiferente al tiempo
el calendario muda sus vestiduras
prisa puntual de relojero
no se detiene ante el gemido helado
ni en el ritual obsceno del otoño.
Sólo hay un tiempo que lo turba y que lo troca
Aquél, en que el leve rocío tempranero
hurta a la luna sus encantos,
y prohíja tu nombre y su aroma.
Amalgama de arcilla y arco iris
Tu cuna rivera fecunda de dicha.
Entorno de bosques coloridos.
Marcha nupcial de primavera.
Eres Septiembre.
En el paraíso de tus ojos, comienza la creación
Límpida tu mirada, enreda el sortilegio
Del encanto y el prodigio.
Las horas son compases marcando
la espera del eco sonoro de tu risa,
del mendrugo que sabe a gloria eterna.
tinieblas tu ausencia
cobijan la tristeza en gotas de lluvia.

VII
En la otra orilla del páramo inalcanzable
el viejo muro de piedra encallecida
implora el ósculo de la hiedra,
más La piedra es siempre piedra
aún en medio de las olas,
vana ilusión de ser pez o espuma,
enajenado sueño
perseguir a las sirenas.
Al soldado que entierra sus armas en la arena
no le espera la victoria de tu voz
ni el reposo en tu hamaca.
Le resta la huella de tus pies o tu sandalia,
murmurar tu nombre
que le sabe a primavera, huele a incienso.
Ahí es cuando el amor, tiene posada.



(*) El autor es abogado y escritor.

lunes, 25 de julio de 2016

Un poema, una canción y un monólogo para el Illimani...

Illimani, Carlos Mesa, expresidente de Bolivia
Como un escudo que protege
Como un manto
Como el único horizonte
Dueña de la luz, de todas las luces
Mirada de miradas
Casi transparente al amanecer
Montada en la bruma, casi azul
Luz que refulge en las horas
Cruzada de nubes, esquiva
Mira que te miran, infinita
Celadora del tiempo, del nuestro
Del de todos, desde el principio hasta el final
Nacimos a tus pies y allí crecimos
De tu silueta alimentados
Dueña del valle profundo
Dueña de los espacios
De los pliegues de la tierra
Preciosa y nocturnal,
Hija de la luna
Madre del sol
En el alba y en la negrura
Montaña mágica que nos velas
Gigante, camaleón de las distancias
Distinta en cada lugar, nueva
Sobre el agua
Sobre el cielo
Sobre la cuenca iluminada
Sobre nuestras almas
Dentro de nuestras almas
Míranos mirarte enamorados de tus rocas
De tus cumbres perfectas
De tus vientos adivinados
Cúbrenos el día decisivo
Para que nunca más estemos lejos



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Lustra, monólogo, David Mondacca, actor

(...) A mí me conocen como el "Ilustre lustra”. Conozco La Paz como nadie. Yo siendo adolescente he bebido con el Toqui Borda, el gran pintor.

También he bebido como el loco Saenz y, por si fuera poco, fui amigo del Víctor Hugo Viscarra; cuántas veces lo he salvado del hambre.

Con los paceños ilustres me he codeado; con el compadre Palenque cuando era Caminante, con don Antonio Paredes Candia que me regalaba libros (...) ¿Y los lugares que conozco? Podría ser tranquilamente guía turístico, pero nadie me da bola. Al Illimani por todo lado yo lo he visto.

¿Y quieren que les cuente un secreto? Parate en El Alto y andá bajando a la ciudad, hasta llegar a los pies de nuestra sagrada montaña, vas a descubrir que mientras más te acercas, menos lo ves. Empieza a desaparecer, a hacerse uno con el cielo. ¿Saben por qué? Porque lo sagrado sólo se mira de lejos. Mejor me voy, viene el gendarme. Halla placer en humillarme. Me echa de la calle como si fuese el dueño. ¡Qué grave llegar a viejo!



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El Illimani nos mira, Luis Rico, cantautor
Vestido con poncho blanco
El Illimani nos mira
Y nos encuentra bailando
En la fiesta que delira
La Iglesia de San Francisco
Ch’alla con agua bendita
las cositas que el Ekeko
nos trajo para Alacita.
Vestido con poncho blanco...
Baila el Ch’uta con sus cholas
Y su banda de metales
Baila música de moda
El Pepino en Carnavales.
Vestido con poncho blanco...
La suerte en plomo y cerveza
El pájaro buenagüero.
Sucumbé de espuma espesa
En la Fiesta de San Pedro.
Vestido con poncho blanco...
La Paz en ritmo fastuoso
En Gran Poder se engalana
Para el santo milagroso
Bailando la Morenada.
Vestido con poncho blanco...
El Mururata en amores
Viene abrazando a su hermano
Con ganjengo y con tambores
De los Afrobolivianos.
Vestido con poncho blanco...

sábado, 23 de julio de 2016

Te deseo lo mejor

Pasaba largo tiempo desde que no te veía,

Y yo creyendo que te había olvidado,

Pero con solo una mirada tuya me di cuenta,

Que de ti sigo completamente enamorado.



Me sentí diferente al verte de nuevo,

Sentí que tú podrías sentir lo que yo estoy sintiendo,

Amor por alguien pero amor del bueno,

Del que nunca se apaga porque siempre está

ardiendo,



Traté, traté pero al final fracasé,

Intentar olvidarte parece que nunca podré,

Solo me queda callar esto que por ti siento,

Solo en la oscuridad mientras voy desapareciendo,



Me manifesté ante ti y me diste una respuesta,

La que el perdedor recibe cuando no llega a la meta,

Amar a alguien mientras que ella te desprecia,

Solo fingir ser amigos mientras ves cómo alguien la besa,



Pero aunque me duela en el alma te deseo lo mejor,

Por afuera sonriendo aunque por dentro con dolor,

Pero si tú eres feliz yo también soy feliz,

Porque lo único que quiero es verte sonreír.

miércoles, 20 de julio de 2016

Canción de otoño en primavera

Rubén Darío (nicaragüense)
Juventud, divino tesoro

¡ya te vas para no volver. . .!

Cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer. . .

Plural ha sido la celeste

historia de mi corazón.

Era una dulce niña, en este

mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;

sonría como una flor.

Era su cabellera oscura

hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.

Ella, naturalmente, fue

para mi amor hecho de armiño

Herodias y Salomé.

Juventud, divino tesoro

¡ya te vas para no volver. . .!

Cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer. . .

Y más consoladora y más

halagadora y expresiva,

la otra fue más sensitiva

cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura

una pasión violenta unía

en un peplo de gasa pura

una bacante se envolvía.

En sus brazos tomé mi ensueño

y lo arrullo como a un bebé. . .

y le mató, triste y pequeño,

falto de luz, falto de fe. . .

Juventud, divino tesoro

¡ya te vas para no volver. . .!

Cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer. . .

Otra juzgó que era mi boca

el estuche de su pasión;

y que me roería, loca,

con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso

la mirada de su voluntad,

mientras eran abrazo y beso

síntesis de la eternidad.

Y de nuestra carne ligera

imaginar siempre un Edén,

sin pensar que la primavera

y la carne acaban también. . .

Juventud, divino tesoro

¡ya te vas para no volver. . .!

Cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer. . .

¡Y las demás! En tantos climas

y en tantas tierras, siempre son,

si no pretexto de mis rimas

fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa

que estaba triste de esperar.

La vida es dura. Amarga y pesa.

¡Ya no hay princesa que cantar!

Más a pesar del tiempo terco

mi sed de amor no tiene fin;

con el cabello gris me acerco

a los rosales del jardín. . .

Juventud, divino tesoro;

¡ya te vas para no volver. . .!

Cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer. . .

)))o(((

sábado, 16 de julio de 2016

Poema a La Paz

Te miro

Horizonte oscuro de humo y melancolía

Recuerdo los sonidos que me quedan

De tus noches

Solapa levantada

Negro puro sin estrellas

Viento enredado en las esquinas

Imagino el diamante que eres en mis manos

Recorren mis dedos los caminos que llegan a tus puertas

Espero el instante de entrar de nuevo en ti

Primero suavemente

Hasta el centro de tus lluvias inclementes

Para empaparme

Después con pasión que arremete

¿Qué magia encierran tus rincones azules

Parientes del espacio?

No olvidaré nunca

Mis huellas en tu entraña

Ni las tres siluetas de nieve

Que hipnotizan mis sentidos

Te he caminado tanto

Que me quedé contigo

En la memoria de los hombres

Agotados de hacerte

Qué extraño es el hechizo que me llama

Ciudad nacida de la guerra

Que tengo los minutos inundados de desearte

Los labios secos sin tu valle

Detrás del altiplano

Desparramada

Como cayendo

Me esperas

Porque siempre esperas los cuerpos de tu cuerpo

Porque sabes que la muerte se hace amiga

Debajo de tus cerros.

sábado, 9 de julio de 2016

Borrascas de Invierno

De: Aníbal Abel Alarcón Caparroz

Por el camino de siempre,

en tu duro peregrinar,

al lado adverso a la primavera,

llegas a límites mínimos;

sin tapujos



De envolvente sacudida…, no

otra cosa es tu sentida presencia;

visitando de allende los mares,

con sábanas de encantadoras florestas;

consigo trayendo brisas frioleras,

a éste terruño.



Dibujando a tu paso…, líneas difuminadas

de flores desvanecidas por el hielo;

desenvainando a la vez

hacia estos jirones

cartuchos en ráfagas

de escarcha.

Aquí me encuentras otra vez;

tiritando de frío, donde los tenues,

rayos del sol no calientan sino…,

hasta el borde del medio día.



En estas alturas, de madrugada,

es cuando "calas", los bordes de mis huesos;

así, en lenta aspiración…, siento de ti;

tu hostil compañía

martes, 5 de julio de 2016

Entre el arqueo y el balance

No me gustan los devotos del señor soborno,

tampoco los piadosos de puertas para afuera,

ni los sentimentales que viven según les place,

que donan únicamente aquello que les sobra,

en lugar de donarse ellos, ¡hasta no dejarse piel!

De un tiempo a esta parte, me parto de dolor,

pues en este mundano mundo, los inhumanos

humanos sólo se reparten panes indecentes,

palabras que en vez de alimentar consuelo,

nos desnutren el alma, ¡nos nutren de vicios!

¿Habrá mayor inmoralidad que servirse

del pobre con la humillación y la miseria,

adueñándonos de sus vidas y usurpándoles

el sueño de la libertad?. Pongamos mesura:

al privilegio de unos, ¡el dominio de los otros!

Aquí, en la tierra de nadie, ya no se gana el pan

con la sublime dignidad de nuestros abuelos,

ni con la esperanza de nuestros propios padres,

nos hemos vuelto tan adictos a lo material,

que todo lo que no es dinero, ¡mejor no exista!

Olvidamos que el espíritu gobierna el cuerpo,

que la sabiduría no es otra cosa que el yo

caminando por este galáctico universo de color,

tan místico como contemplativo, tan de Dios,

que aunque nada es, ¡lo es todo en la creación!

Despertemos, pues, a la rectitud de la poesía,

volvamos al árbol de la equidad, retornemos

y custodiemos esta vida nuestra en su hondura,

que sí vivir, ¡es hacer arqueo de lo andado!,

también morir, ¡es hacer balance de lo vivido!

Víctor Corcoba Herrero

corcoba@telefonica.net

¿Cómo pudiera hacer?

¿Cómo pudiera hacer

para peinar con peine de oro

tu negra y encantada cabellera

y ver cómo ella ondula alrededor de tu cuello?

¿Cómo pudiera hacer

para que los luceros de tus ojos

rompiendo el caos de mi ceguedad

sólo brillaran en mi corazón?

¿Cómo pudiera hacer

para beber tu aliento y conseguir

que la mulla que está floreciendo en tus labios

se cubriera de flores aún más rojas?

¿Cómo pudiera hacer

para que la pureza de tu mano

avergonzando a la azucena

reverberara todavía más?

¿Cómo pudiera hacer

para que el ritmo de tu andar

en cada paso fuera derramando

más flores que las que hoy le veo derramar?

Y si me fuera dado hacer todo esto,

ya podría plantar tu corazón

dentro del mío, para verlo

eternamente verdecer.

Imaynallatan atiyman

¿Imaynallatan atiyman

yana chhillu chujchaykita

qori ñajcchawan ñajcchaspa

kunkaykipi pujllachiyta?

¿Imaynallatan atiyman

cchaska qóyllur ñawiykita

ñausa kayniyta kichaspa

sunqollaypi kkanchachiyta?

¿Imaynallatan atiyman

puka mulla simiykita

samayniykita umispa.

Astawánraj phanchachiyta?

¿Imaynallatan atiyman

riti sánsaj makiykita

jamanqayta ppenqachispa

astawánraj sansachiyta?

¿Imaynallatan atiyman

chays súmaj puriyniykita

sapa thaskiypi ttikata

astawánraj muttuchiyta?

Kay tukuyta atispañari

atiymántaj sunqojkita

súnqoy chaupipi mallkispa

wiñáypaj phallallachiyta.

domingo, 3 de julio de 2016

A la Carrera de Ingeniería de Minas 3 de julio - 1906 - 2016

Autor: J. Elvys Trujillo L.

Somos humanos en la lucha por el conocimiento

Creemos en el estudio, porque es una aventura interminable y

sacrificada

Pero constructiva que nos lleva a avanzar cada día más

Así son los días en la carrera de Ingeniera de Minas

Noble carrera con ideales y gritos de reivindicación

Pero también gritos de esperanza.



Los más de 110 años de vida nos dan la templanza de

Formación académica permanente de los que están

En sus patios, en sus canchas en las aulas y laboratorios

En su compartir de docentes y estudiantes

Esa es la Noble carrera con ideales y gritos de reivindicación

Pero también gritos de esperanza.



Porque en las puertas de nuestros corazones

Siempre tendremos en la mirada al tío de la mina

Y tenemos la esperanza de ser un sobrino más

Somos parte de la carrera de Ingeniería de Minas

Soy minero, mi meta es el brillo del oro

Y lo encuentro en las rocas en cualquier latir

En las mañanas frías pero alegres en el corazón

En el cálculo precisión y simetría de ingeniería

En el trapecio del tiempo y la ecuación compleja.



En la inspiración tengo a la mecánica de rocas,

La mensura de la mina, la chispa de una guía

El estallido de una dinamita, el ruido sonoro de

Una voladura, quienes son mis fuentes del silencio ante

La aparente infinitud del desconocido en las aulas



Porque somos capaces de comprar voluntades

Seducir seres humanos y amenazar a científicos

En los conocimientos adquiridos, aunque se nublen

Nuestros ojos y se quiebre nuestra voz

Queremos que nuestras letras no se vistan de dolor

Quiero poner un granito de estaño, plata, zinc

Para tener mi texto con brillo y con color.



Algún momento dejaré la carrera, los sueños, las ilusiones

Pero en esta tierra también existe vida, sol y luna

Porque para la carrera de minas, la vida es un libro

Para entender y comprender porque nuestra presencia

En el espejo del mundo aun no me veo muy claro



Entonces seguiré amando mis libros, seguiré siendo un lector

Y así estaremos ilusionados por nuestro camino

Porque haremos temblar a la luna, rugir al mar

Rompiendo el silencio de la ciudad Universitaria



Porque la noche nos roba media vida, porque

Miramos a la noche, como la fábrica de imaginación,

De pensamiento, de ciencia quimerista para conquistar

A los cerebros huecos, mecánicos, filosóficas, a la sombra al miedo

Esperando el día para un nuevo proyecto minero

Y al abandonar las aulas y seguir nuestro camino

Con las huellas del aprendizaje y conocimiento

Y ser explotadores de las profundas minas



Somos humanos en la lucha por el conocimiento

Creemos en el estudio porque es una aventura interminable y

sacrificada

Tenemos la paciencia para comenzar cada día con ideales grandes

Porque mientras tenga sangre en mis venas

Te seguiré queriendo, te seguiré adorando

Mi querida Carrera de Ingeniería de Minas



(*) El autor es Director de la Carrera de Ingeniera de Minas, Petróleos y Geotecnia

sábado, 2 de julio de 2016

Necesito de un amigo

Por: William Herrera Flores

Necesito de un amigo;

paciente y solidario,

algo loco, algo chiflado,

algo sabio y algo tonto;

que sepa darme consejo

si es que me equivoco,

que sepa darme silencio

si es que yo me enojo.



Necesito de un amigo;

aquel que llore conmigo,

aquel que ríe sin sentido

o que planee mil locuras

y me llame a mi primero.



Necesito de un amigo

que no siempre tenga dinero

pero que me saque del hoyo,

el lugar donde me encierro.

Necesito de un amigo;

inteligente y listo,

que se enoje conmigo

si es que decepciono,

que sepa ser mi abrigo,

que no olvide ser mi amigo.



Necesito de un amigo;

algo loco, algo chiflado,

divertido y no amargado,

extravagante y sencillo,

que no siempre tenga mis gustos

pero que soporte mis disgustos.



Necesito de un amigo;

que le encante la poesía,

que me cuide como hermano,

que me visite cada día

y sepa darme su mano.

Necesito de un amigo;

que me reclame y que me anime,

que me entienda como vivo,

que viva con mis fantasías,

mis tonterías y mis sueños,

que soporte mis caprichos,

mis enojos y mi odiosa forma de ser.



Sin embargo yo haría,

quererle como mi hermano,

aconsejarlo como sabio,

apoyarlo más que un amigo

y estar siempre a su lado

en locuras y desmayos.



Pero grito al mundo todavía

¡Necesito de un amigo!

martes, 28 de junio de 2016

En el entierro de un amigo

Antonio Machado

Tierra le dieron una tarde horrible

del mes de julio, bajo el sol de fuego.

A un paso de la abierta sepultura,

había rosas de podridos pétalos,

entre geranios de áspera fragancia

y roja flor. El cielo

puro y azul. Corría

un aire fuerte y seco.

De los gruesos cordeles suspendido,

pesadamente, descender hicieron

el ataúd al fondo de la fosa

los dos sepultureros. . .

Y al reposar sonó con recio golpe,

solemne en el silencio.

Un golpe de ataúd en tierra es algo

perfectamente serio.

Sobre la negra caja se rompían

los pesados terrones polvorientos. . .

El aire se llevaba

de la honda fosa el blanquecino aliento.

–Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa,

larga paz a tus huesos. . .

Definitivamente,

duerme un sueño tranquilo y verdadero.

lunes, 27 de junio de 2016

Esclavitud

Por: Luciana Jáuregui


Me aprisionan las cadenas

están bañando lentamente mi cuerpo de agonía

y alumbran como dioses un infierno cada una.



Pero existe la oscuridad eterna

que oculta los ojos brillantes del demonio

y lo maldigo eternamente

conmovida por la sangre derramada.



Se ennoblece mi alma a lo lejos

como si supiera que ha matado al mal

que con puñales de venganza

mata el cuerpo ya muerto

de quien lo ha herido.



Malditas noches eternas de lágrimas

que mojaron el desierto

por todos los muertos que lloraron

buscando esperanzados un secreto.

Quedan huellas en la piel

queda la misma luna que vio el sufrimiento

quedan las cadenas que marcan el recuerdo

y en los muros aún queda el eco de un lamento.

martes, 21 de junio de 2016

Mis ilusiones



Laura Holmberg de Bracht

Fueron mis ilusiones bandadas de paloma

Que se iban hasta el cielo en peregrinación.

Llevaban en sus picos unas ramas de olivo

Uniendo así los símbolos de paz y de candor.

Engarzado en sus alas. De albura inmaculada,

Como si fuera el agua de alguna bendición,

Traían el rocío de todas las auroras

Y en sus pechos purísimos un gran beso de sol.

¡Así volaban siempre mis palomas gloriosas!

Pero un día. . . se fueron para no volver más. . .

Un viento de borrasca sopló todo ese día

Hiriéndolas de muerte con su aliento glacial.

A sus nidos deshechos ya no llegaba el sol. . .

¿Y así me fui quedando sin ninguna ilusión!

Los últimos versos a la hija de la tabernera

Luis Cané





Lo que has hecho con mi amor

no tiene perdón del cielo;

ya sólo morir anhelo

para calmar mi dolor.

Mi corazón dolorido

que al palpitar se debate

no vive por lo que late

sino por lo que ha latido.

Me has hecho tan desdichado,

renunciando a mi destino,

que en tu ausencia el mejor vino

me parece vino aguado.

Ya mi sed desengañada

no admite más que refresco;

tan flaco estoy que parezco

vivir de salud prestada.

Que mientras tú resplandeces

junto a un marido burgués,

los treinta días del mes

son para mi treinta treces.

sábado, 18 de junio de 2016

Solsticio de Invierno

Por: Damián Cuéllar


Recuerdo que la lluvia era misteriosa,

¿dónde nace la lluvia?

En mi alma tal vez,

en esa bruma tensa que cubra mis pasos,

Oh poetas, oh hombres,

Oh siniestra noche,¿ donde van tus huellas,

tus caminos de nieve y humo?



Así la sangre de la tierra

desangra mi alma, y la noche ya no es noche

sino viento, y canto de bestias y de tribus,

¿Dónde van las cosechas, el maíz, el trigo

y las venas de nuestro polvo?



Ven sube conmigo donde el lobo

solitario dejó la luna y comenzó a ser estatua.



Sube conmigo y corona este solsticio.

Nos vemos mañana,

nos vemos en un sueño, allí donde tu alma

es mi aliento y mi sed tus ansias.

Nos vemos allí donde se alimentan los bosques

con el hechizo gris de tus huesos.

martes, 14 de junio de 2016

Talvez ya es tarde

Talvez ya es tarde para muchas cosas.

Ya no está esa persona para decirle cosas cariñosas.

O para convertirme en una niña caprichosa.

¿Las cosas cambian o mejoran ?

¿Qué pasa con las personas que no oran?

¿Qué hay después de la muerte?

¿Qué pasa si no dejó de quererte?

Tengo muchas preguntas en mi mente.

No pensé que me dolería el no verte.

Los días pasan y tus recuerdos me abrasan.

Cómo quisiera volver el tiempo atrás, para que no te vayas más.

Como dije, ya es tarde para muchas cosas.

Pero me queda lo que después vendrá.

Pero quiero ser la persona que más el presente apreciará.

Yo soy la que hará de su vida una historia.

Yo guardo los mejores recuerdos, no sólo en mi memoria,

sino también en mi corazón.

Esa es la causa y la razón, para que todos los que quiero.

Sigan ahí, aún presente.

Todo está en la mente. Sólo se paciente.

Palabras con sinceridad.

Por Marcela Tania Medrano Quispe.

Artes Plásticas - ESFMTHEA.

¿Quién es pobre?

Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:

¿Qué te pareció el viaje?

¡Muy bonito papá!

¿Viste qué tan pobre puede ser la gente?

¡Sí!

¿Y qué aprendiste?

Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.

Nosotros tenemos una alberca que llega de una barda a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin.

Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.

El patio llega hasta la barda de la casa, ellos tienen todo un horizonte de patio.

Ellos tienen tiempo de platicar y convivir en familia, tu y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre se quedó mudo. . . y su hijo agregó:

¡Gracias papá por enseñarme lo rico que podemos llegar a ser!

Una breve y profunda reflexión sobre las posesiones y las carencias, sobre la alegría y la soledad. . .

Miguel Angel Cornejo

Tu pierdes más que yo

Al perderte yo a ti,

tu y yo hemos perdido;

yo, porque tu eras

a quien yo más amaba;

y tu, porque yo era

quien te amaba más.

Pero, de nosotros dos,

tu pierdes más que yo;

porque yo podré amar

tanto como te amaba a ti,

pero a ti no te amarán

como te amaba yo.

Ernesto Cardenal (nicaragüense)

lunes, 13 de junio de 2016

La soledad

De: Aníbal Abel Alarcón Caparroz


Nostálgico,

amargo trago

absorbo de este silencio frío.

Largas horas pasan

lentamente;

pesan en mi mente.

El dueto

de mi sombra y yo,

avanzan conmigo.

A tientas me acerco

a la tenue luz

que asoma entre la rendija, y

la flama de la calderuela

-para deslumbrar la negra noche-

Así…,

otear en lontananza

el halo luminoso de la luna.

Que guíe mis pasos

por las sendas más obscuras,

para que se abran…,

las flores dormidas.

Mas,

me invade cierto temor;

cansado de estos fastidioso …,

vacíos sueños,

sin recuerdos del ayer

-calendas del tiempo-

Profunda soledad siento;

alzo el breviario

que me acompaña

con una cuantas letras

-oración al infinito-

Y…, diviso

la silueta de Dios

de quien no soy yo;

¡no estoy solo!



-Mi sombra camina conmigo

martes, 7 de junio de 2016

Madre

Madre querida y bendita

Tú diste mi ser

Que soy con mucho amor y gran corazón

No me importa tu estirpe,

De ancestralidad raíz de la humanidad

Mi corazón palpita junto a ti

Porque no tienes ningún reparo ni

Desparpajo

Ni tu figura es destellante, ni tus senos

Exuberantes

Pero sí tu constante preocupación

Para que yo sea cada día mejor persona ante

La sociedad

Tus manos callosas, tu rostro quemado por

El sol

Muestran diariamente tu dádiva condición

Para tus hijos sedientos de amor

Madre ardiente, minera palliri,

Madre pujante, trabajadora

Madre aliplánita, con manos así sangrientas,

Labrando diariamente, la tierra árida de la Puna

Madre cocalera, amable y tierna,

Defendiendo tus milenarios y ancestrales

Para dar diariamente,

A los seres que nacieron de tus entrañas.

Madre trabajadora, del alba al poniente

Surcando a lo largo de tu vida

Hoyos profundos, donde la semilla fructífera

Da frutos múltiples y nutrientes

Madre boliviana, cual sea tu estatus o

Condición

Donde vivas y estés en suelo boliviano

Seas por siempre reconocida diariamente

Por tu pujanza, trabajo y sacrificio

Derrochando diariamente, alegría, felicidad

Y mucho amor para tus hijos los bolivianos.

Romy

lunes, 6 de junio de 2016

De otoño y hojarascas

Por: Gabriela Ponce


He pintado los tonos de mi sombra

con el color sereno de tu mirada

en tonalidades de otoño y hojarascas.



Tu mirada de cristales transparentes

donde puedo asomarme

al jardín etéreo de tu alma.



Por eso cuando callas

solo habla tu mirada,

donde se respiran aromas suaves

en la cercanía de tu aliento.



Quiero escucharte en mi silencio,

en un solo sentimiento.

Y la memoria no tiene recuerdos previos,

solo una manifestación de interés renovado.



En tu escena sin saberlo

con mis mejores líneas,

la cordura es solo poesía.



Dentro de mi sueño eterno

con tu voz susurrando a mi oído

en el lenguaje perfecto.

martes, 31 de mayo de 2016

Piernas

Isaac G. Eduardo (1861 – 1924)
En el amplio escaparate

De una acreditada tienda,

Entre bordados y enaguas

Se ostentan un par de piernas

Que deben ser de cartón,

Pero que son tan bien hechas,

Que todos los compradores

Al mirarlas se la pegan.

En ellas el comerciante

Expone todas las medias

Que guardan sus almacenes

Y que desea expenderlas.

Lucen esas pantorrillas

A veces medias de seda;

Otras, de algodón y lana,

Y en las mañanas de fiesta

Se las ve de mil colores

A través de las vidrieras;

Una veces encarnadas,

Otras carne de doncella,

Otras listadas de azul

Otras blancas y otras negras

¿Las vista, caro lector?

Si parecen verdaderas,

Por lo gordas, por lo finas,

Por torneadas a la griega. . .

Una vez un fraile dijo

Deteniéndose en la reja:

¡Santa Bárbara bendita!

Lo que se ve en esta tierra

No se ve en ninguna parte;

Que Dios maldiga esta tienda. . .

También escandalizada

Otra vez rugió una vieja,

Y tapándose los ojos

Fue a confesarse a la Iglesia.

Un joven enamorado

Al mirar aquellas muestras,

Dijo, para sus adentros:

Se parecen a las de ella. . .

Yo que me precio de artista

Y que adoro a la belleza

Y las formas mujeriles,

Se entiende, si son correctas,

Dejo transcurrir las horas

Parado ante la vidriera,

Evocando mil recuerdos

De juveniles escenas

Y murmurando mil nombres

Que mi alma guarda con pena. . .

Y encuentro artístico y bello

El gusto de aquella tienda,

Cuando coloca con gracia

Sobre las torneadas piernas,

Las sayas de percalina,

De gros, de razo y de seda.

¡Oh! Entonces sueña la mente

con la ópera y la zarzuela,

con el baile del minué,

con el cancán, con la cueca,

con el burdo cake walk,

con la jota aragonesa,

con París y con Madrid

y con Roma y con. . . etc. . .